El norte de Marruecos es la zona más cercana al continente europeo. Y, por ello, es la región elegida por muchos turistas para un primer viaje al país o bien como área por la que comenzar un circuito más amplio. Su belleza natural y el atractivo de las ciudades que aquí se ubican también explican esta elección. Por ello, es también una zona estratégica para Chic Morocco, pues contamos con numerosos proveedores y disponemos de una gran experiencia sobre el terreno, que podemos compartir contigo.
Lo que entendemos por ‘norte de Marruecos’ es, a grandes rasgos, el territorio que abarca la región administrativa de Tánger-Tetuán-Alhucemas, a lo que añadimos la franja costera mediterránea de la región Oriental (con capital de Oujda), puesto que en ella se ubican otros destinos turísticos en auge.
Cabe decir que en el norte de Marruecos también se ubican las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, de gran interés histórico y social, y que pueden integrarse en un circuito por la zona. No obstante, si esa es tu elección, deberás tener en cuenta los eventuales trámites fronterizos necesarios para cruzar de uno a otro país.
En cualquier caso, esta zona se puede también subdividir en tres áreas distintas, con unas características paisajísticas e históricas comunes. Para ello, tomaremos como referencia el Estrecho de Gibraltar, que es el punto más cercano al continente europeo (14 km de distancia, en su punto más cercano):
La costa mediterránea marroquí está viviendo un gran desarrollo en los últimos años y es ya una magnífica alternativa a los destinos vacacionales de la orilla europea de este mar. Su belleza natural no tiene nada que envidiar a la del Viejo Continente, su clima es similar (o incluso unos grados más cálido), sus servicios son equiparables en cuanto a calidad… pero su coste medio es sensiblemente inferior.
Destacan ciudades muy orientadas al turismo de sol y playa, como Alhucemas y Saidia, pero también se pueden añadir áreas naturales protegidas, que harán las delicias de los viajeros más interesados en el medio ambiente. Por ejemplo, el Parque Nacional de Alhucemas o el Parque Natural de la Laguna de Mar Chica, en Nador.
Aunque la zona central y meridional de la Costa Atlántica marroquí se concibe como una región turística en sí misma, su área más septentrional se puede encuadrar en esta que llamamos Norte de Marruecos, puesto que sus lugares de interés están muy cerca de los de la costa mediterránea y el Rif.
En esta zona destacan las ciudades de Tánger y de Asilah, muy distintas entre sí pero muy interesantes, cada una a su manera. Además, los paisajes naturales y las áreas protegidas son también un foco de atracción para muchos visitantes, como puede ser la Reserva del Cabo Espartel y las Cuevas de Hércules.
El territorio interior del norte de Marruecos es, a grandes rasgos, una continuación del paisaje natural del sur de España. Y de hecho, algunas zonas forman parte de la llamada Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo. Por tanto, su geología, su fauna y su flora son en buena medida las mismas que las de su vecino europeo, pues hace 5 millones de años formaban una misma cordillera que tiempo después quedó dividida en dos por las aguas del Estrecho de Gibraltar.
Uno de los destinos más famosos de esta zona es Chaouen, el pueblo azul que a todos encandila cuando la visitan. La ciudad de Tetuán es otro de los grandes lugares de interés de esta zona, que se encuentra a escasos 10 km en línea recta de la costa mediterránea. Y, por supuesto, no faltan los espacios naturales de máximo interés, como el Parque Nacional de Talassemtane o la Reserva Natural Jebel Bouhachem.
Lugar de importancia estratégica ya desde los romanos, fue ciudad internacional y cosmopolita durante el siglo XX, a lo que se añade una arraigada cultura árabe presente en su medina. En los últimos años, además, ha sabido reordenar su litoral para potenciar sus playas y su puerto como foco de atracción turística.
Conocida como la Blanca Paloma, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. No solo destaca su medina histórica, que se extiende sobre la ladera de una colina, sino también la ciudad nueva, donde queda patente el estilo arquitectónico andaluz, pues esta ciudad fue capital del Protectorado Español durante el siglo XX.
Pequeña ciudad enclavada en las montañas del Rif, su medina histórica es uno de los lugares más pintorescos y agradables de todo Marruecos. Su humilde caserío destila encanto por sus paredes encaladas y pintadas de azul, decoradas con flores y dispuestas en cuestas, plazuelas, calles con escalinatas… Sin duda, un pueblo que parece haberse detenido en el tiempo.
Ciudad fundada por el ejército español en el contexto de la Guerra del Rif (inicios del siglo XX), hoy es un destino muy volcado con el turismo de sol y playa. Sus pequeños arenales y calas entre riscos y acantilados ofrecen un baño agradable. Está muy bien dotada de servicios vacacionales y en sus alrededores se pueden realizar numerosas rutas de senderismo.
Coqueta ciudad costera en el litoral atlántico. Su medina histórica refleja los avatares de su pasado: muralla portuguesa, arquitectura civil y religiosa árabe del siglo XVIII e influencia española en elementos tan variados como la gastronomía. Tiene un alma muy artística y su festival de verano es uno de los eventos culturales más destacados de todo el país.
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