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Geografía y clima de Marruecos

Cuándo viajar

La geografía supone un factor determinante para el clima de Marruecos. Y eso influye a su vez en tu decisión de viaje: ¿cuándo es mejor viajar a una región u otra? ¿Qué tiempo y qué temperaturas te esperan en cada una de las grandes áreas geográficas del país? En estas líneas te damos información detallada para que tomes nota y puedas planificar mejor tu viaje.

Tabla de contenidos

Las grandes áreas geográficas de Marruecos y su clima

Aunque ya contamos en la página sobre información general que las regiones administrativas de Marruecos son 12, podemos dividir el país en grandes áreas geográficas, que tienen a su vez una serie de características comunes en cuanto a clima. Son las siguientes:

  • Área mediterránea
  • Costa atlántica
  • Interior del país
  • Sur y desierto
  • Alta montaña

 

Aunque cada área tiene sus particularidades, como veremos en cada sección, es importante mencionar aquí que hay un fenómeno que, cuando se da, tienen alcance nacional: los vientos cálidos del sur, procedentes del desierto del Sahara, que provocan un aumento considerable de las temperaturas. A veces, ese viento puede llevar aparejadas partículas de polvo en suspensión, lo que se conoce como calima, que puede teñir de naranja el ambiente y comportar importantes molestias a quienes tienen problemas respiratorios.

Área mediterránea, al norte

Desde el Estrecho de Gibraltar hasta la frontera con Argelia se extiende la franja litoral mediterránea, de unos 450 km de longitud, aproximadamente. Se trata de una costa que cuenta con perfiles accidentados, donde se forman acantilados y calas, pero también tiene zonas regulares donde surgen grandes bahías y playas. 

En esa franja y en el terreno interior de su entorno inmediato, el paisaje natural es típicamente mediterráneo. De hecho, la zona está comprendida en la llamada Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, que tiene una parte en las provincias españolas de Cádiz y Málaga, y la otra en la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas. 

¿Por qué? Porque durante unos 10 millones de años (desde hace 15 millones hasta hace 5,3 millones, aproximadamente), el Estrecho de Gibraltar no era tal, es decir, no había agua que separase los dos continentes. De esa manera, se trataba más bien de un valle, enmarcado por las Cordilleras Béticas al norte (España) y por el Rif al sur (Marruecos), y con una flora y una fauna comunes.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces, pero ambas orillas del Estrecho de Gibraltar siguen teniendo rasgos naturales en común, por lo compartido en el pasado, por su clima similar y por su cercanía geográfica, que propicia por ejemplo el intercambio de aves por sus humedales o la presencia de las mismas especies marinas en sus aguas.

Además de la mencionada Reserva de la Biosfera, en este territorio hay espacios naturales protegidos de máximo interés. Por ejemplo, el Parque Nacional de Alhucemas o el Parque Nacional de Talassemtane, con una gran biodiversidad de flora y fauna (destacando el macaco de Berbería), así como humedales protegidos como sitios Ramsar por su importancia para las aves migratorias.

Qué clima te encontrarás

Debes tener en cuenta que la costa mediterránea y su entorno es la zona más húmeda del país, sobre todo a medida que se gana altitud en el área del Rif, aunque sin llegar al volumen y frecuencia de precipitaciones de otros puntos del mundo, como el norte de Europa y Norteamérica.

Estos son los principales rasgos climáticos de la zona, que influirán en tu viaje:

  • Inviernos suaves, con temperaturas mínimas medias que no suelen bajar de los 8ºC
  • Veranos cálidos, aunque atemperados por la influencia del Mediterráneo, con temperaturas máximas medias de 30ºC o ligeramente superiores
  • Humedad relativa alta, propia de las áreas litorales
  • Los días de precipitaciones no suelen superar los 80 al año, y se concentran sobre todo entre los meses de octubre y abril
  • En ocasiones, las precipitaciones pueden ser de carácter torrencial, lo que se conoce como ‘gota fría’, aunque se trata de un fenómeno extraordinario

Costa Atlántica

La costa Atlántica marroquí es mucho más larga que la mediterránea, con más de 1.300 km. Y lo más importante: se extiende de norte a sur, recorriendo latitudes muy diversas (desde los 35ºN hasta los 27ºN). Eso quiere decir que hay notables diferencias entre los paisajes y climas de uno y otro extremo.

En el norte, las precipitaciones son mayores y las temperaturas resultan algo más frescas, llegando incluso a sentirse la influencia del clima mediterráneo en algunos puntos cercanos al Estrecho de Gibraltar. En el sur, en cambio, los paisajes sienten el influjo del desierto del Sahara tierra adentro: las temperaturas medias son más cálidas y la vegetación, más pobre y adaptada al clima extremo, a menudo con especies xerófilas.

En un litoral tan extenso, la variedad de playas es muy grande, como es lógico: encontrarás amplios arenales, pero también perfiles accidentados e incluso islas o islotes frente a la costa. Eso le da un toque salvaje y vírgen en la mayoría de lugares, lo cual no ha evitado que en algunas ciudades costeras y en su entorno hayan surgido grandes resorts y campos de golf.

Otro aspecto importante es que la temperatura del agua es más fría en el Atlántico que en el Mediterráneo: a menudo, 3ºC o 4ºC más fría, algo que puede ser más evidente en los meses veraniegos. Por ejemplo, en Essaouira (Atlántico), una temperatura habitual del agua para el mes de agosto es 22ºC, mientras que en Alhucemas (Mediterráneo), lo normal es que ronde los 25ºC o incluso unas décimas más.

Qué clima te encontrarás

A pesar de las mencionadas variaciones de clima que se dan por la diferencia de latitud, si vas a viajar a la costa Atlántica de Marruecos encontrarás algunas características comunes a todos los destinos:

  • La brisa atlántica (vientos alilsios) azota toda la costa y prácticamente en todas las épocas del año, siendo más fría en invierno, pero más agradable en verano, llegando a refrescar el ambiente
  • Esa brisa atlántica puede ser un inconveniente para quienes viajen con la aspiración de tumbarse relajadamente en la playa, especialmente en el norte, pero resulta una bendición para los amantes del surf, kitesurf y otros deportes acuáticos, en lugares como Taghazout
  • Entre los meses de mayo y agosto se da habitualmente el fenómeno del ‘cielo blanco’, es decir, una especie de bruma que tiñe el cielo de ese color por la mañana, pero que se dispersa pasado el mediodía
  • Los inviernos son frescos en la parte norte (temperaturas mínimas medias de 7ºC y máximas medias de unos 16ºC), pero realmente templados en el sur de la costa Atlántica (temperaturas mínimas medias de 8ºC y máximas medias de unos 20ºC). Por ello, destinos como Agadir son elegidos por los turistas de sol y playa durante todo el año
  • Los veranos pueden tener unas temperaturas igual de cálidas en el norte y en el sur (máximas medias de 26ºC). Sin embargo, en el sur puede tener mucha más influencia el viento cálido del desierto, que puede empujar al alza los termómetros, dando como resultado días realmente tórridos (por encima de los 45ºC)
  • Las precipitaciones se concentran entre los meses de noviembre y abril, como en la zona mediterránea, con un número de días de lluvia similar (entre 70 y 100), pero aquí su volumen de descarga puede ser mayor

Interior de Marruecos

Con este término nos referimos a la amplia extensión de territorio ubicado en el corazón del país, entre la vertiente sur del Rif, la costa Atlántica y la falda norte de la cordillera del Atlas. Eso engloba, a grandes rasgos, las regiones de Fez-Meknes, Rabat-Salé-Kenitra, Beni Melal-Khenifra, y Casablanca-Settat.

Se trata de una zona que, sin llegar a ser una llanura, tampoco tiene grandes accidentes geográficos que influyan en el paisaje y en el clima. De hecho, algunas áreas tienen un terreno realmente fértil y se explotan agrícolamente, por lo que las tierras de cultivo tienen una gran presencia en la zona: es aquí donde se concentra buena parte del 14% de superficie cultivable de Marruecos, con producción de patata, hortalizas y árboles frutales, olivos y arganes (uno de los árboles ‘nacionales’ de Marruecos).

Mejor epoca para viajar a Marruecos
Qué clima te encontrarás

Aunque el clima de esta zona suele calificarse como Mediterráneo de verano cálido (Csa según la clasificación de Köppen), lo cierto es que muchas áreas tienen una importante influencia continental, sobre todo en puntos alejados de la costa y cercanos a la vertiente norte del Atlas. Algunas características que se pueden destacar (y que debes tener en cuenta para tu viaje) son:

  • El régimen de precipitaciones es parecido al de la costa Mediterránea, concentrándose entre octubre y abril, pero sin alcanzar grandes volúmenes anuales
  • Las temperaturas se acercan a los extremos, tanto en verano como en invierno: los días más cálidos del verano superan habitualmente los 35ºC, mientras que los días más fríos pueden rozar los grados negativos
  • Se da una importante oscilación térmica entre mañana y tarde, sobre todo en las cercanías del Atlas, donde la variación puede rondar los 15ºC entre la hora más cálida y la más fría

Sur y desierto

El sur de Marruecos es la zona más desértica del país. Y con ello nos referimos a la vasta extensión de terreno que se abre al sur del Atlas, pero también a Marrakech y su entorno, situada al norte de esa cordillera montañosa pero donde el paisaje es realmente árido, destacando en este sentido el desierto de Agafay.

En cualquier caso, hay bellas excepciones a la regla: los oasis. Estos se dan principalmente en los grandes valles que surgen desde la vertiente sur del Atlas (valles del Dades, Draa, Todra, etc.). En ellos, especialmente en los tramos en los que sus ríos se hacen presentes, se forman espectaculares manchas verdes de vegetación, con predominio de palmeras datileras, pero también de almendros, árboles frutales y otros cultivos. 

También resulta muy interesante el paisaje de colinas y montañas escarpadas a ambos lados de esos valles. En ocasiones, la labor erosiva del pequeño río cincela proezas de la naturaleza en forma de cañones rocosos y gargantas, como las del Todra, que resultan dignas de contemplar para cualquier viajero.

A medida que el curso de los ríos avanza en dirección sur, su cauce se pierde y se convierten en wadis (ríos secos), y con ellos va desapareciendo también la escasa vegetación, señal de que nos adentramos en el desierto más puro.

En cualquier caso, hay que decir que allá donde domina la llanura, el paisaje predominante es el de hammada, es decir, el desierto pedregoso. En cambio, las dunas de dorada arena fina son clara minoría en Marruecos, y solo se dan en el entorno de Merzouga (Erg Chebbi), Zagora (Erg Chegaga) y Ouzina (Erg Ouzina).

Qué clima te encontrarás

El clima del sur es el más hostil de todo Marruecos y, por tanto, resulta fundamental conocerlo para adaptar el equipamiento de viaje con el que protegerse. Estos son los principales aspectos que debes tener en cuenta:

  • La oscilación térmica es realmente extrema, a menudo de 20ºC entre el mediodía y la noche. Es decir, desde el momento en que el sol se pone, las temperaturas bajan de forma drástica y no se recuperan hasta bien entrada la mañana
  • El verano es tórrido: las temperaturas normales pueden superar los 45ºC por regla general. Pero también hay que contemplar la posibilidad, muy habitual, de recibir viento cálido del sur, procedente del ‘corazón’ del Sahara, lo que provoca temperaturas aún más elevadas y sensación de ‘caldera’
  • La radiación solar es realmente extrema, especialmente en verano: la latitud sur del desierto hace que los rayos incidan de manera muy vertical, y la escasísima nubosidad despeja cualquier tipo de obstáculo para éstos

La Alta montaña: el Atlas

Marruecos está dividida por un eje montañoso de orientación noreste-suroeste: la cordillera del Atlas, la más prominente del norte de África. En realidad, se trata de una cadena montañosa subdividida en tres distintas:

  • Alto Atlas: ubicada en el sector central de la cordillera. Sus cumbres son las más elevadas y aquí se encuentra el ‘techo’ del país: el Jbel Toubkal, a 4167 msnm. En invierno, es habitual la nieve, que en algunos puntos elevados puede superar el metro de espesor
  • Medio Atlas: situada más al norte, sus montañas no son las más altas pero sí las más húmedas. De hecho, aquí se encuentran las únicas estaciones de esquí del país. Y en su vertiente norte se encuentran tupidos bosques donde abundan los cedros (el otro ‘árbol nacional’ del país), como en el Parque Nacional de Ifrane
  • Anti-Atlas: es el sector ubicado más al sur, de laderas más áridas y peladas, con un régimen de precipitaciones más propio del clima desértico

 

Atravesar esta cordillera será imprescindible para quienes viajan al desierto del Sahara por carretera. Y eso supone una experiencia turística en sí misma, pues se debe hacer por puertos de montaña que ofrecen vistas panorámicas extraordinarias y permiten entender la enorme diferencia entre su vertiente norte y su vertiente sur.

Qué clima te encontrarás

Cabe decir que el clima tiene ligeras variaciones según la cadena montañosa que se trate, como hemos comentado. Pero también hay una serie de rasgos comunes que puedes tener en cuenta en todas ellas, e incluso en los puntos más altos del Rif, en el norte del país:

  • Temperaturas realmente gélidas en invierno, especialmente durante la noche. Son frecuentes las nevadas, cuya descarga puede mantenerse hasta bien entrada la primavera
  • Temperaturas frescas pero agradables en primavera, momento en el que se produce el deshielo y (salvo en el Anti-Atlas) sus valles se llenan de exuberancia con flores, plantas y pequeña fauna, como mariposas
  • La radiación ultravioleta es aquí muy elevada, por la combinación de dos factores: la latitud meridional de esta cordillera (que provoca una incidencia de los rayos solares más vertical que en otras cordilleras del mundo) y la altura considerable del terreno, no solo en las cumbres sino también en sus laderas y puertos (Puerto de Tizi n’Tichka a 2260 msnm)

Épocas para viajar a Marruecos

Aunque parezca obvio, cualquier época del año es buena para viajar a Marruecos. Pero también es lógico decir que unos destinos son más adecuados que otros según la época del año a la que nos refiramos. Por ello, aquí te aportamos algunas sugerencias, estación por estación.

Cómo es el invierno en Marruecos

El invierno es, para muchos, la época perfecta para viajar al desierto del Sahara. Por ello, las vacaciones de Navidad o incluso los puentes festivos que se dan en estos meses son momentos propicios para organizar una ‘escapada’ al sur marroquí. Esto es así porque las temperaturas diurnas son templadas y agradables, pero eso tiene una contrapartida: las noches pueden resultar muy frías o incluso gélidas en algunos puntos de esta zona, por lo que deberás ir bien equipado para las bajas temperaturas.

Si lo que buscas es escapar del frío del hemisferio norte y disfrutar de unas vacaciones de sol y playa, la zona sur de la costa Atlántica puede ser una buena elección: aunque la temperatura del agua será fría (16ºC aproximadamente), la sensación térmica en el ambiente será agradable, a pesar de la siempre presente brisa atlántica.

Pero Marruecos también puede ser un sorprendente destino para todo lo contrario: unas vacaciones de nieve y montaña. En el Medio Atlas podrás practicar este deporte, una rareza en África, y quizás eso aumente su encanto, a pesar de que las instalaciones y las pistas disponibles no son tan completas como las de otras cordilleras del mundo.

Y por supuesto, los destinos urbanos de Marruecos son una buena opción en invierno: sus temperaturas son amables y soportables, y no frenan la vida popular de las medinas ni la programación cultural de sus museos y centros culturales. Eso sí: debes mentalizarte de que habrá más posibilidades de que la lluvia haga acto de presencia, sobre todo en el norte.

Cómo es la primavera en Marruecos

La primavera es la época favorita de los excursionistas y senderistas. Por ello, los meses de abril y mayo son ideales para recorrer los valles del Atlas, donde los cursos de agua bajan llenos de fuerza, en algunos casos formando cascadas que solo pueden admirarse en este periodo.

El desierto también ofrece su cara más acogedora: aunque las temperaturas diurnas son cálidas, no lo son en exceso. Y, en cambio, las noches resultan frías pero no gélidas (como sí ocurre en los momentos más duros del invierno). 

Las ciudades laten con viveza en estos meses, que se pueden recorrer durante todo el día sin necesidad de buscar refugio contra el calor a mediodía. Como mucho, necesitarás ponerte a cubierto si descarga la lluvia, pues son meses húmedos en el área mediterránea, en la zona atlántica y en el interior.

Cómo es el verano en Marruecos

Junio, julio, agosto y septiembre son meses de gran trasiego turístico en Marruecos. Y no siempre por sus condiciones climáticas, sino porque es la época en la que los viajeros del hemisferio norte suelen tener sus vacaciones más prolongadas. Así que si ese es tu caso, deberás adaptar tu maleta a lo que te espera en Marruecos. 

Si decides realizar un circuito con predominio de ciudades, debes contar con la posibilidad de buscar refugio del calor tras el almuerzo, cuando las temperaturas son más altas. Pero eso no será un problema si permaneces en el interior de algún edificio (hotel, museo, etc.), pues el aire acondicionado es generalizado. Además, las noches son animadas, pues en esta época se concentran la mayoría de festivales musicales y culturales que se organizan en ellas.

Cómo no, esta es también la época propicia para disfrutar del turismo de sol y playa en sus dos costas: la mediterránea alcanza su ‘temporada alta’, mientras que la atlántica resulta aún más tentadora, puesto que su brisa atlántica se modera pero sin dejar de refrescar el ambiente.

Y si quieres cumplir tu sueño de venir al desierto del Sahara en esta época, mentalízate y prepárate: las temperaturas diurnas llegan a ser tórridas y aumentan las posibilidades de que surjan tormentas de arena. Por tanto, las gafas de sol, las prendas que cubran la piel, la crema de protección solar, los sombreros y la botella de agua para hidratarte son realmente imprescindibles.

Cómo es el otoño en Marruecos

El otoño es una época muy interesante para viajar a Marruecos. Y no solo porque resulta una temporada relativamente baja en cuanto a precios, sino porque el clima es también propicio. Las temperaturas tienden a ser templadas en todas las regiones y, aunque la naturaleza no muestra la exuberancia de la primavera, sigue teniendo gran belleza.

Conviene recordar que la mayoría de árboles representativos de Marruecos, que en muchos casos forman bosque, son de hoja perenne: cedro, argán, almendro… Por tanto, el verdor de sus paisajes se mantiene intacto en los meses de octubre, noviembre y diciembre, así que visitar los parques nacionales del Medio Atlas o del Rif será una bella experiencia para los amantes del medioambiente.

Por otro lado, visitar las ciudades en otoño es, climáticamente, equivalente a hacerlo en primavera, especialmente las de interior. Y si viajas al desierto, no solo disfrutarás de unas temperaturas más templadas, sino también de noches más largas, toda una ventaja para los más interesados en la contemplación de las estrellas.

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