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Agadir es una ciudad animada y activa para sus más de 600.000 habitantes, pero al mismo tiempo es un destino apacible para sus visitantes, que valoran por encima de todo su sol y sus playas. En los últimos tiempos ha sabido desarrollar propuestas orientadas para los viajeros premium, por lo que representa una de las ciudades más importantes en el catálogo de Chic Morocco.
Agadir está en la costa Atlántica, al sur del país. Su ubicación es privilegiada no solo por su latitud meridional, sino también por encontrarse en una bahía abrigada de su entorno gracias a una colina que, como explicamos más abajo, se ha convertido en uno de sus principales atractivos turísticos.
Su clima es cálido durante prácticamente todo el año, con más de 300 días de sol. Sin embargo, la brisa atlántica que acaricia su costa templa las temperaturas en los meses más calurosos del año y convierte a este litoral en un destino muy apreciado para el surf y los deportes acuáticos derivados de éste.
Es la capital de una vasta región llamada Sus-Masa, que se extiende desde la costa Atlántica hasta el corazón del desierto del Sahara. Es la ciudad más poblada de la zona, pues su entorno carece de grandes urbes, lo que refuerza su papel como destino de desconexión para muchos viajeros.
Estas son las distancias que la separan de los otros destinos turísticos del país:
La mejor manera de llegar directamente hasta Agadir es en avión: dada su gran proyección internacional como destino de sol y playa durante todo el año, el aeropuerto de Agadir-Al Massira (a unos 25 km de la ciudad) tiene una intensa actividad de vuelos turísticos procedentes de numerosos países, como Alemania, Bélgica, Países Bajos, Reino Unido o Francia. También está conectada por medio de vuelos regulares con otras ciudades marroquíes, como Fez, Rabat, Tánger y Casablanca.
Otra forma de llegar hasta Agadir es a través de un crucero, en circuitos que suelen hacer escala en las Islas Canarias. Sin embargo, esos cruceros son siempre de carácter privado, y desde el puerto de esta ciudad no hay líneas regulares de ferry.
Dada su lejanía con el resto de ciudades del país, las conexiones por carretera resultan largas, en especial las soluciones de transporte colectivo. Además, Agadir actualmente no está integrada en la red de ferrocarril de Marruecos, ni siquiera mediante trenes convencionales, aunque para el futuro está proyectada una conexión de alta velocidad con Marrakech.
Por ello, viajar en coche hasta Agadir tiene más sentido si se llega como parte de un circuito turístico desde ciudades como Marrakech o Casablanca, y con parada en otras ciudades intermedias de interés, como Essaouira y Taghazout, o bien como final de un viaje desde Marrakech en busca de relax, sol y playa.
Agadir no es la ciudad más monumental del país, ni tampoco la que más vestigios históricos conserva en pie. La razón es sencilla: el 1960 sufrió un devastador terremoto que destruyó el 80% del casco urbano, provocando no solo una tragedia humanitaria con cerca de 15.000 víctimas mortales, sino también una gran pérdida patrimonial.
Por ello, al hablar de la historia de Agadir, hay que hacer un ejercicio de imaginación, pues queda muy poco de su pasado que, por cierto, se remonta muy atrás en el tiempo: suele identificarse con la Gadir fenicia. En los siglos XV y XVI fue un importante enclave estratégico para los portugueses, durante su expansión militar y comercial por el Atlántico.
En 1541 fue conquistada por las tropas de Mohammed ech-Cheik, fundador de la dinastía saadí, que propició una gran prosperidad inmediatamente después, gracias en buena medida a la exportación de oro, dátiles, pieles, cera y, sobre todo, azúcar. Pero el declive del cultivo de la caña de azúcar hizo que Agadir entrara en decadencia, acentuada con la decisión del sultán alauita Mohammed ben Abdallah de potenciar el puerto de Essaouira.
De esa manera, durante el siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial quedó como una pequeña localidad de pescadores y de agricultores. Cuando el terremoto golpeó Agadir en 1960, estas dos actividades del sector primario estaban experimentando un cierto auge. Y cuando renació de sus cenizas, lo hizo como un gran centro industrial de transformación de pescado y, sobre todo, como gran centro vacacional para turistas occidentales.
Pasar unas vacaciones en Agadir es una decisión muy fácil de tomar para la mayoría de turistas, que conocen su potencial. Pero si tú necesitas convencerte de ello, aquí te damos algunas de las razones de peso que pueden decantar la balanza del lado de esta ciudad atlántica:
Como decíamos, el devastador terremoto que asoló Agadir en 1960 explica la escasez de monumentos históricos que permanecen en pie. Sin embargo, lo poco que queda conviene conocerlo y visitarlo, algo que puede ser interesante como pasatiempo cultural dentro de una estancia vacacional de varios días. Además, han surgido desde entonces otras propuestas de ocio que atraen a muchos turistas durante sus vacaciones. Este es un listado con las principales, tanto en la ciudad como en sus inmediaciones:
Como decíamos, uno de los grandes atractivos de Agadir es su papel como destino turístico premium. Infraestructuras de ocio como el puerto deportivo o los campos de golf son algunos elementos que marcan la diferencia, pero no los únicos. A continuación te presentamos algunos de los servicios más interesantes para viajeros de alto nivel:
Como ves, son muchas las propuestas que posicionan a Agadir como gran polo del turismo premium. Pero si quieres diseñar un viaje a medida y reservar servicios de calidad personalizados, solo tienes que contactar con Chic Morocco: podemos organizar tus vacaciones en este destino de sol y playa, o bien un circuito más amplio por el país con esta ciudad como punto de inicio, de fin o de paso, pero siempre a la altura de tus expectativas.
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