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Marruecos es una paleta de experiencias esperando ser descubierta. Ya sea que te sientas atraído por el murmullo de sus antiguas medinas o el silencio pacífico de sus vastos desiertos, cada rincón del país te promete una historia y un recuerdo inolvidable.
Más allá de sus destinos icónicos, Marruecos también guarda secretos en sus callejuelas serpenteantes, montañas majestuosas y pueblos anclados en el tiempo. Lugares donde la belleza es tan palpable que parece poder tocarse. Para ayudarte a trazar tu itinerario ideal y no perderte ninguna de estas gemas, hemos clasificado estos destinos basándonos en su ubicación geográfica.
Sumérgete con nosotros en cada apartado y accede a información detallada sobre estos lugares fascinantes. Te equiparemos con todo lo que necesitas saber para que, independientemente del punto cardinal que elijas, encuentres en Marruecos un viaje lleno de descubrimientos y maravillas.
El norte de Marruecos engloba áreas muy distintas entre sí, pero relativamente cercanas por carretera. La parte más septentrional del Atlántico cuenta con destinos de lo más interesantes (Asilah) y lo mismo ocurre con todo el litoral mediterráneo (Alhucemas), que ha crecido gracias al turismo vacacional. Y entre una costa y otra, el Estrecho de Gibraltar, donde destaca Tánger. Además, si nos desplazamos algunos kilómetros tierra adentro, encontramos auténticas joyas turísticas del país, como Chaouen y Tetuán. Por todo ello y por la cercanía a Europa, muchos viajeros se centran en esta zona geográfica para su viaje.
Son cuatro, y todas ellas interesantes, como demuestra su designación como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Tienen en común haber sido capitales del reino, lo que propició el surgimiento de grandes construcciones y monumentos. Rabat es la capital actual del país y acoge importantes símbolos del Estado. Marrakech es el ‘centro turístico’ de Marruecos, por la cantidad de viajeros que recibe al año. Fez sigue considerándose la capital cultural y religiosa del país, con una artesanía de primer nivel y lugares de enorme significación espiritual. Y Meknes es una interesante sorpresa muy cerca de esta ciudad, lo que facilita su visita turística.
Desde Casablanca hacia el sur se extienden kilómetros y kilómetros de costa Atlántica, jalonados con ciudades de máximo interés, como la pintoresca Essaouira o la mencionada Casablanca, la más poblada y frenética. Pero como contrapunto, hay otros destinos que basan su actividad en el turismo de sol y playa durante todo el año (Agadir). Y todavía existen destinos poco conocidos donde reinan las playas vírgenes y las actividades acuáticas adaptadas a estos entornos únicos, como el surf y sus variantes (kitesurf, windsurf) o la navegación en barco privado.
Al sur de las montañas del Atlas se extiende un vasto territorio que no deja de fascinar. Por un lado, los valles presaharianos, repletos de oasis de palmeras (Dades, Draa), caprichosos accidentes naturales (Gargantas del Todra) y fortalezas bereberes (Ait Ben Haddou) que resisten el paso del tiempo. Pero quienes se atreven a ir más allá llegan al siempre mágico desierto del Sahara, con rincones tan puros y majestuosos como las dunas de Erg Chebbi o Erg Chegaga. Y entre unos y otros, pequeñas poblaciones llenas de encanto, donde la vida discurre al mismo ritmo que siglos atrás.
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