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Zagora es una ciudad bisagra entre el Valle del Draa y el Sahara: aquí acaba el primero y empieza el segundo. Además, en su entorno se ubican las dunas de Erg Chegaga, una de las áreas que verdaderamente concuerdan con la imagen que el viajero se construye en la mente al pensar en este desierto. Si vas a realizar un viaje con destino a este interesante y recóndito lugar del sur de Marruecos, te recomendamos leer bien toda la información que te proporcionamos en esta página.
Con el nombre de desierto de Zagora nos referimos a la porción de desierto del Sahara que se sitúa en las inmediaciones de esta ciudad, de más de 50.000 habitantes. Toma su nombre del monte bajo el que se asienta, el Jbel Zagora (947 msnm) y se encuentra en la región Draa-Tafilalet, en el extremo suroriental del país, muy cerca de la frontera con Argelia.
Lo más importante del desierto de Zagora es que se produce un importante cambio de paisaje. En el Valle del Draa (que recorrerás para llegar hasta aquí) el entorno está dominado por montañas y colinas escarpadas, terreno pedregoso en forma de hammada y oasis que crean ‘manchas’ verdes más o menos grandes y continuas, con palmeras y otras especies que aportan sombra y humedad al terreno.
Pero en el entorno de Zagora nos topamos con uno de los tres grandes ergs que tiene Marruecos, es decir, una vasta extensión de dunas de arena fina y dorada, que el viento moldea a su antojo e impide la existencia de vida vegetal. Ese erg es Erg Chegaga, un lugar que conserva toda la magia ancestral y que se puede disfrutar con todas las comodidades de la actualidad.
Eso sí, debes saber que tiene la fama (con fundamento) de ser el lugar más cálido de todo Marruecos: en los meses más cálidos del año, como son julio y agosto, las temperaturas medias rara vez bajan de los 45ºC. Y si además recibe la ‘visita’ de los vientos del sur, el termómetro puede superar ampliamente esa cifra, a lo que se suma la sensación de caldera que aporta el aire caliente.
La forma más directa de llegar al desierto de Zagora es aterrizando en el aeropuerto de Zagora. Sin embargo, esta es una opción no siempre posible, puesto que esta infraestructura construida a comienzos del siglo XXI tiene un tráfico muy limitado de pasajeros y de aviones. Las líneas regulares son escasas y nacionales (Casablanca, Ouarzazate), y su uso principal es el de acoger vuelos privados o chárter.
Por ello, la mayoría de los viajeros que llegan a Zagora lo hacen por carretera y en vehículo privado, pues la zona carece de ferrocarril y las líneas regulares de autobuses son también limitadas y de poco alcance (Ouarzazate). Estas son las distancias que tendrás que recorrer si vienes desde otros puntos de Marruecos en vehículo privado:
Como curiosidad, se puede mencionar un famoso cartel de Zagora que marca la distancia que existe con otro lugar de referencia, pero en esta ocasión al sur: Tombuctú, al otro lado del Sahara, que se encuentra a 51…¡días en dromedario!
El mencionado cartel indicativo sobre la distancia hacia Tombuctú (Malí) de 51 días a caballo no es ninguna excentricidad, ni mucho menos: era una distancia que, siglos atrás, debían tener muy presentes los comerciantes que realizaban la famosa ruta caravanera entre Marrakech y la mencionada ciudad subsahariana.
Esa ruta fue, en buena medida, la razón de ser de esta población en el pasado, puesto que resultaba un lugar de paso y una parada obligatoria para quienes emprendían tan ardua travesía a lomos de los ‘caballos del desierto’ y que también les llevaba a recorrer el Valle del Draa.
El Sahara ha sido siempre, por tanto, una barrera natural, pero eso no impidió que se construyeran fortalezas militares para proteger la zona, no solo contra enemigos externos sino también contra los internos: la kasbah de Zagora, cuyo origen se remonta al siglo XI, fue un bastión levantado por los almorávides para consolidar sus posesiones en la zona.
En todo caso, la ciudad actual de Zagora surge más recientemente: a comienzos del siglo XX, bajo el Protectorado Francés, con fines principalmente militares. Se distribuye en torno a una vía principal, que atraviesa toda la población. Aunque algunas construcciones antiguas conservan una tipología tradicional en adobe, la mayor parte de los edificios modernos son de hormigón.
El crecimiento de Zagora en los últimos años ha sido muy grande. Aunque sigue conservando instalaciones militares, el aumento de población se debe al turismo: cada vez son más los viajeros que se atreven a realizar un viaje tan largo hasta aquí porque saben que merece la pena. Y eso ha hecho que surjan muchos hoteles y establecimientos que dan servicio al turista.
Para viajar al desierto de Zagora necesitarás emplear muchas horas de viaje y probablemente soportar altas temperaturas. Y no todos los viajeros están dispuestos a ello. Pero si te ves capaz de superar esos dos condicionantes, la experiencia valdrá la pena, por razones como las que exponemos aquí:
Zagora es una ciudad relativamente pequeña (algo más de 50.000 habitantes) y moderna en buena medida (edificaciones construidas en tiempos del Protectorado Francés). Por ello, la lista de puntos de interés no es tan extensa como en otros destinos del país. Sin embargo, conocerlos será toda una experiencia inolvidable. Unas están en la ciudad de Zagora o cerca de ellas, pero otras quedarán más alejadas y será necesario realizar una excursión para llegar hasta ellas:
Sin duda, no todos los viajeros tienen el privilegio de llegar hasta un lugar tan maravilloso como Zagora y su desierto, donde despuntan las dunas de Erg Chegaga. Por ello, también es lógico que aquí existan servicios y comodidades dirigidas al turista premium, ofreciendo un buen equilibrio entre tradición y confort moderno. Estas son algunas ideas de éxito para los clientes más exigentes con la calidad:
En Zagora:
En Erg Chegaga:
Erg Chigaga Luxury Desert Camp: Este es uno de los campamentos más lujosos en Erg Chegaga. Ofrece tiendas de campaña espaciosas y bien equipadas en medio de las dunas, garantizando una experiencia única pero cómoda.
Aladdin’s Desert Camp: Situado en Erg Chegaga, este campamento brinda una experiencia auténtica del desierto con comodidades modernas. Las tiendas están bien equipadas y el campamento organiza actividades tradicionales saharianas.
Estos campamentos ofrecen la oportunidad de experimentar el desierto en su forma más pura pero sin renunciar a las comodidades y el lujo. Es importante recordar que, dada la naturaleza remota de Erg Chegaga, incluso las opciones más lujosas pueden tener algunas limitaciones en comparación con lo que uno podría esperar en un hotel de cinco estrellas en una ciudad grande. Sin embargo, la experiencia de dormir bajo las estrellas en uno de los desiertos más icónicos del mundo es, sin duda, inolvidable.
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