Los hammam son espacios muy característicos en los países islámicos, y Marruecos es un buen ejemplo de ello. Cumplen su función desde tiempos inmemoriales y todavía hoy son numerosos, sobre todo en las ciudades. Pero, ¿cómo son exactamente? ¿La experiencia que se puede vivir en ellos es realmente ‘chic’? Aquí te contamos lo que debes saber sobre los hammam en Marruecos, algo que te será útil si tienes pensado darte un baño de este tipo de lugares durante tu viaje.
Origen de los hammam en Marruecos
En primer lugar hay que recordar que los hammam en Marruecos, al igual que en el resto del mundo árabe, hunde sus raíces en las termas romanas, que ya explotaron los beneficios de las piscinas y ambientes a distinta temperatura. De hecho, se conservan algunos restos de ellas en Volubilis, gran complejo arqueológico romano, cerca de Meknes.
Desde la conquista árabe, la nueva civilización islámica promovió su uso por cuestiones de higiene, pues las humildes casas de la medina no disponían de una infraestructura de este tipo. Y además, su función purificadora de cara al rezo también consolidó su uso en esta sociedad. Por ello, a pesar de los lógicos avances en higiene y salud pública, estos hammam siguen utilizándose en Marruecos, algunos de ellos inaugurados hace relativamente poco.
Además, no se puede olvidar su función social: estos baños públicos han servido de lugar de encuentro y charla para hombres y mujeres, aunque de manera separada, pues tanto unos como otras tienen sus horarios o días específicos de uso.
Cómo son los hammam en Marruecos
De manera general, se puede decir que en los hammam de Marruecos cuentan con los mismos espacios, que dan lugar al siguiente ritual:
- Vestuario en el que prepararse para el baño
- Habitación caliente, para ir aclimatándose al ambiente
- Sala caliente, de temperatura aún mayor y saturación de humedad, máxima.
- Tras un breve periodo de tiempo (según la tolerancia al calor de cada uno) y tras abrirse los poros para expulsar toxinas, se vuelve a la habitación caliente, para un baño más a fondo
- Cuarto frío, para un último aclarado y la aclimatación de vuelta a la normalidad
- El último paso, aunque opcional, es el masaje con guante exfoliante y jabón negro, que a menudo proporciona un compañero o compañera de baño en este punto del ritual
En estos espacios, además, suele haber bancos, grifos y cubos con agua para aplicarse el agua correspondiente en cada caso.
¿Son un lugar ‘chic’ para conocer en tu viaje?
Los hammams públicos han evolucionado mucho y se han actualizado a los tiempos actuales, con reformas y rehabilitaciones. Sin embargo, su uso sigue siendo algo prácticamente restringido a los propios marroquíes, que siguen concibiéndolos como parte de su cultura. Aunque su entrada no está restringida a extranjeros o no fieles, para acudir a ellos convendría contar con la intermediación o invitación de alguien local.
Y aunque la experiencia es de lo más genuino, no se puede considerar ‘chic’. Si lo que buscas es un baño con los máximos estándares de calidad y bienestar, entonces lo más recomendable es acudir a alguno de los hammams privados que seguramente encuentres en tu destino, a menudo asociados a un hotel. Según cada caso, se puede ofrecer un baño basado en el mencionado ritual de agua y ambientes a distinta temperatura, pero también otros servicios más propios de un spa.
En cualquier caso, si tienes interés en acudir a un hammam en Marruecos, te recomendamos ponerte en contacto con nosotros antes de viajar o bien con nuestro personal ya en ruta: sabrán indicarte cuál es el más adecuado en tu destino, ayudando en la reserva, si fuera necesario.