Para mucha gente, el gran objetivo de su viaje a Marruecos es llegar hasta el lejano sur, es decir, hasta el desierto del Sahara. Y probablemente el lugar que mejor encarna la magia del desierto es Merzouga y su entorno. En esta página te contamos todo lo que debes saber de este pequeño pueblo, famoso por contar a su lado con las espectaculares dunas de Erg Chebbi.
Merzouga se encuentra en pleno desierto del Sahara, en el extremo suroriental de Marruecos, prácticamente en la frontera con Argelia. El poblado de Merzouga es muy pequeño y tiene pocos habitantes: unos 300, aunque resulta difícil cuantificar cuántos, puesto que buena parte de la población es flotante, es decir, turistas que vienen a descubrir el encanto de este rincón del desierto y profesionales que se han establecido aquí de forma más o menos permanente para ofrecerles servicio en la hostelería, el transporte, etc.
El clima es el típico del desierto, es decir, calor extremo durante el día en la temporada cálida… pero temperaturas realmente bajas por la noche en invierno. Es decir, encontrarás una enorme oscilación térmica entre el día y la noche, por lo que no debes olvidarte de echar ropa térmica a la mochila, sea cual sea la época del año en que viajes hasta aquí. Tampoco debes descartar que se produzca una tormenta de arena, lo que se puede interpretar como una experiencia en sí misma. En cualquier caso, no deberías olvidarte de llevar siempre ropa y elementos de protección contra el sol, pero también contra este eventual fenómeno de la naturaleza.
Estas son las distancias que tendrás que recorrer para llegar hasta Merzouga si vienes desde alguno de estos destinos turísticos:
Como podrás imaginar, no existe ningún aeropuerto internacional cerca de Merzouga. El más cercano es el de Ouarzazate, pero cuenta con un abanico de conexiones realmente limitado. En todo caso, podrías utilizar esta fórmula para llegar hasta aquí haciendo escala en Casablanca o Zagora, que son los únicos destinos nacionales que suelen tener vuelos hacia/desde Ouarzazate. Y desde ese aeropuerto, recorrer los más de 350 km por carretera que lo separan del pueblo de Merzouga.
Tampoco existe conexión ferroviaria con Merzouga y su entorno, ni líneas de autobús pensadas como un servicio para turistas. Por ello, la única opción que tendrás para viajar hasta aquí es el transporte privado por carretera.
Merzouga es un pueblo realmente pequeño y, como tal, son pocos los datos históricos que se disponen de él. De hecho, ese es uno de sus grandes atractivos: su existencia ha pasado casi desapercibida a lo largo de los siglos y, a pesar de su animada actividad turística actual, el viajero puede imaginarse lo tranquila (y dura) que ha sido la vida de sus habitantes en el pasado, dedicados en buena medida a la vida nómada.
Y es que Merzouga surgió probablemente como poblado de parada y servicio para los mercaderes que realizaban el recorrido entre Marrakech y Tombuctú (Malí), una de las rutas caravaneras más importantes de África, que atravesaba el desierto del Sahara y también pasaba por otros lugares del actual Marruecos, como Ait Ben Haddou.
No obstante, la tradición oral y popular sugiere que este lugar, antes de ser desierto, era un vergel tropical hasta que se topó con la ira divina: cuenta la leyenda que Merzouga se encontraba en plena celebración festiva y ninguno de sus habitantes se molestó en atender a una familia con hijos que había llegado exhausta hasta aquí. Dios, enfadado por la falta de hospitalidad, hizo desencadenar una tormenta de arena que sepultó el poblado y a sus familias bajo las actuales dunas de Erg Chebbi.
Sea cual sea la teoría que se acepte, lo cierto es que esta zona está muy relacionada con los orígenes mismos de la dinastía alauita, que ocupa el trono en la actualidad e inició su expansión desde esta región (Tafilalet, Rissani).
Ya en el siglo XX adquirió un nuevo rol, pues fue una zona dominada por las tropas francesas durante el periodo del Protectorado, construyendo puestos de control y defensa en los pueblos de la zona. Tras las independencias de Marruecos y Argelia a mediados de siglo, as elevaciones orientales del valle del Ziz sirvieron de referencia para trazar la frontera entre ambos países en esta latitud.
La lejanía de Merzouga con respecto a otros destinos marroquíes no impide que miles de viajeros se desplacen hasta aquí cada año, movidos en buena medida por alguna de las siguientes razones… o por todas ellas:
Merzouga es un destino para disfrutar sensorialmente: con el oído para admirar su silencio y los ritmos tradicionales del folclore local; con el tacto para sentir la delicadeza de la arena fina de las dunas; con el olfato para apreciar el olor del desierto y de las hogueras nocturnas; y también con el gusto al probar la gastronomía tradicional de los nómadas del desierto. Pero, lógicamente, también hay lugares que admirarás con la vista. Estos son algunos que lugares que tendrás que ver durante tu viaje:
¿Puede el desierto, que es el símbolo de la vida sencilla y humilde, ofrecer algo al turista premium? Y la respuesta es: “sí”. En los campamentos que se montan en las dunas de Erg Chebbi encontrarás jaimas de lujo con servicios de lo más exquisito, pero también en los alojamientos situados en Merzouga y otros poblados, que a menudo recrean kasbahs o que incluso se encuentran en construcciones con mucha historia a sus espaldas. Si quieres disfrutar del desierto sin privarte de ninguna comodidad, estos son algunos servicios de los que puedes tomar nota:
Riad Serai: Este es un establecimiento de lujo de reciente construcción que combina la tradicional arquitectura marroquí con comodidades modernas, garantizando una estancia confortable en el borde del desierto.
Caravanserai Luxury Desert Camp: Pertenece al Riad Serai y es uno de los campamentos de jaimas más lujosos de Merzouga. Aquí, los huéspedes pueden vivir la verdadera experiencia del desierto con todas las comodidades, desde camas cómodas hasta baños en suite.
Kasbah Hotel Tombouctou: Este hotel combina la tradición con el lujo moderno y está situado justo al pie de las dunas.
Riad Madu: Un lujoso riad con vistas impresionantes de las dunas, piscina y habitaciones confortables.
Como comprenderás, para poder reservar estos servicios sin miedo a equivocarte, necesitarás apoyarte en una agencia experta en este destino tan singular. Chic Morocco es la que estabas buscando, puesto que podemos organizar todo tu viaje desde que llegas al país hasta que lo abandonas, con especial atención al desierto de Merzouga, una parada fundamental de tu circuito que quedará para siempre en tu memoria.
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