Los viajes religiosos en Marruecos son una de las opciones temáticas más interesantes. También llamados viajes de peregrinación cuando los participantes desean visitar y orar en un determinado lugar sagrado de su religión, en realidad este tipo de viajes también se pueden extender a aquellas personas que tienen un interés especial por todo lo que tiene que ver con lo espiritual, sean o no sean seguidores de dicho credo. En este post te mostramos algunos de los destinos más simbólicos en este aspecto, a los que Chic Morocco puede llevarte con total confort y seguridad.
Destinos sagrados para el Islam
Como es de imaginar, los viajes religiosos en Marruecos son especialmente ricos en propuestas si la religión en la que nos centramos es el Islam, pues es la oficial y la inmensamente mayoriraria aquí. Por ello, dejamos para otros posts los viajes religiosos para judíos y cristianos, pues también cuentan con lugares simbólicos en este sentido.
El único problema para los viajeros universales es que estos espacios sagrados islámicos suelen estar reservados a creyentes musulmanes, por lo que si ese no es tu caso, tendrás que conformarte con conocer los recintos sagrados desde fuera, normalmente zaouias (especie de monasterios, escuelas religiosas y hospederías).
En cualquier caso, recogemos a continuación los más importantes puesto que en torno a dicho templo o celebración se suele organizar un acontecimiento social del que los viajeros más respetuosos y discretos pueden ser testigos, aunque mejor en compañía de alguien local que le sirva de enlace.
Moulay Idriss y su moussem
La localidad de Moulay Idriss es, sin duda, una de las de mayor significación religiosa en Marruecos. Se encuentra a unos 30 km de Meknes y toma su nombre del mausoleo de Moulay Idriss I el-Akbar, fundador de la dinastía idrisí en el siglo VIII y bisnieto de Alí, yerno de Mahoma. Dicho mausoleo se encuentra aquí desde que se trajeron sus restos en tiempos del sultán alauí Moulay Ismail (siglos XVII-XVIII). La arquitectura de este pequeño pueblo tiene los clásicos colores de la zona, con paredes encaladas en blanco y tejas verdes. Su esplendor llega a finales de agosto, cuando se celebra la peregrinación de los fieles hasta el mencionado mausoleo.
Zaouia de Moulay Idriss II, en Fez
Relacionado con el anterior lugar pero sin confundirlo con él, es también obligado mencionar la Zaouia de Moulay Idriss II, es decir, el hijo póstumo de Moulay Idriss II. Se trata del santuario donde se conserva la tumba de este personaje político y religioso de máxima relevancia: afianzó la dinastía idrisí en el siglo IX y trasladó la capital de su reino desde Volubilis a Fez. Por ello, entre otras razones, es tan venerado en esta ciudad. En este caso, el moussem en su honor se celebra en septiembre, e incluye desfiles folclóricos con instrumentos tradicionales y vestimenta típica, así como exhibición y entrega de ricos obsequios.
Moulay Abdellah Amghar, en El Jadida
Otro de los lugares que merece la pena destacar para los interesados en viajes religiosos en Marruecos está a unos 10 km al sur de El Jadida, en la costa atlántica. Se trata de un lugar sagrado relacionado con Moulay Abdellah Amghar, un asceta procedente de Medina que en el siglo XI terminó aquí una larguísima ruta en dirección a la puesta de sol. Se detuvo en una fuente, conocida como Tit Ain El Fit y poco después, su hijo creó una zaouia fortificada, con mezquita. Aunque no se trata de un lugar especialmente pintoresco, puede merecer la pena desplazarse hasta aquí en agosto, cuando se celebra su moussem, de varios días de duración. Además de mercadillo, música y actividades culturales, el plato fuerte de dicho moussem son los espectáculos ecuestres o Tbourida que aquí se celebran: una demostración de sincronización con salvas de armas, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Además de estos tres destinos religiosos y sus moussems, se pueden mencionar otros muchos, como los de Mulay Bus’aib en Azemmur o en pequeñas localidades como Moulay Brahim, al sur de Marrakech.