El Palmeral de Marrakech (a menudo escrito también Palmeraie) es una de las zonas elegidas por muchos turistas para su viaje a la ciudad. Pero, ¿qué lo hace tan atractivo? En este post respondemos a esa pregunta, explicando su valor histórico y las principales actividades que se pueden hacer aquí. Y por supuesto, te contamos por qué se ha convertido en un referente de lujo y exclusividad.
Reseña histórica
A simple vista, el Palmeral de Marrakech puede parecer una mera agrupación de palmeras datileras (Phoenix dactylifera). Pero su gran tamaño y, sobre todo, su gran antigüedad lo convierten en uno de los espacios de mayor interés a las afueras de la ciudad. Según algunas estimaciones, hay cerca de 100.000 palmeras datileras, repartidas por una área de unas 13.000 hectáreas, donde también se pueden encontrar olivos y árboles frutales en menor medida.
Sus orígenes se remontan a la época almorávide, dinastía que en el siglo XI fundó Marrakech y la convirtió en capital del sultanato. Lógicamente, los ejemplares más antiguos del palmeral no son tan antiguos, pues las palmeras de esta especie rara vez viven más de 300 años. Sin embargo, lo que sí se mantiene es el sistema de aportación de agua ideado en aquel entonces: una red de khettaras, es decir, canales subterráneos que distribuyen el agua por la zona, que se nutren de acuíferos ubicados bajo tierra, en la capa freática.
Palmeral de Marrakech: referente del lujo
Desde tiempos inmemoriales, el Palmeral de Marrakech ha sido un símbolo y seña de identidad para los propios marrakechíes. Y en los últimos tiempos se ha convertido en todo un referente del lujo: se trata de una zona tranquila al norte de la ciudad, a unos 10 km de la medina, donde tradicionalmente se han ubicado las villas residenciales de las clases pudientes.
Es por ello que las grandes cadenas hoteleras han puesto sus ojos en esta zona durante los últimos años, abriendo aquí resorts de gran encanto, con los estándares de calidad más elevados y con una amplia oferta de servicios. No obstante, la mayoría tienen una cosa en común: la poca altura de sus construcciones, concebidas más bien como grandes villas, puesto que la legislación local siempre ha sido muy restrictiva en ese sentido, tratando de preservar el paisaje natural del propio palmeral.
Es también por ello que muchos de los complejos turísticos de la zona están concebidos como apartahoteles de lujo, en línea con el ambiente de retiro y desconexión que ofrece esta zona tranquila de la ciudad, totalmente alejada del bullicio de la medina.
Además, en el Palmeral de Marrakech hay otro gran polo de atracción para los turistas del más alto nivel: su campo de golf, conocido como PalmGolf Marrakech Palmeraie. Si bien se trata de un campo que no destaca precisamente por la presencia de sombra y rincones frescos, se integra bien en el paisaje natural circundante, y es una de las opciones favoritas durante el invierno para los jugadores internacionales.
Jugar al golf no es la única actividad que se puede realizar en el Palmeral de Marrakech. Los más interesados en los valores botánicos e históricos de la zona pueden sumarse a rutas guiadas por el entorno, en las que se explica el mencionado sistema de khettaras, que podría constar de unos 5.000 pozos, según algunos cálculos.
Y si se viaja en familia, en el Palmeral de Marrakech se pueden realizar paseos en camello (dromedario), una propuesta siempre interesante para los más pequeños que puede durar desde apenas 30 minutos hasta varias horas. La ausencia de tráfico y la supervisión de guías y monitores especializados garantiza una experiencia segura para todos.