Aunque las ciudades de Marruecos, en especial sus centros históricos o medinas, se caracterizan por el bullicio y el ajetreo, en este país hay también cabida para la espiritualidad en ambientes llenos de paz. En este post repasamos los mejores destinos para viajes de yoga y meditación en Marruecos, que nuestra agencia puede organizar a medida.
Dunas del Sahara
Si pensamos en un lugar idílico para practicar actividades relacionadas con la espiritualidad, la primera imagen que nos vendrá a la mente son las dunas de un desierto. Por ello, los viajes de yoga y meditación en Marruecos tienen aquí un destino ineludible. Por su quietud, su luz, su silencio, su inmensidad. Es aquí donde el ser humano puede entender la grandeza del mundo en el que vive, y buscar en consecuencia la armonía para vivir en él.
La presencia del hombre es aquí residual, y las tiendas bereberes (jaimas) así como los hoteles-kasbah se integran a la perfección en su entorno. Tres son los campos de dunas existentes en Marruecos: Erg Chebbi, Erg Chegaga y Erg Ouzina, donde se puede disfrutar de paz pero sin renunciar a las comodidades que ofrecen estos alojamientos tradicionales de lujo.
Hamadas del desierto
A pesar de que las dunas representan el paisaje más icónico del Sahara, lo cierto es que en Marruecos suponen un porcentaje muy pequeño de territorio, en comparación con el mayoritario: las hamadas, es decir, el desierto de piedra, polvo y arena más gruesa, más propio de un paisaje lunar que terrenal. Y son millones los km2 que de esta manera se extienden por el sur del país, con lugares realmente inspiradores como el desierto de Agafay, cerca de Marrakech.
Montañas y valles del Atlas
Para sorpresa de muchos, Marruecos es un país muy montañoso. Y en sus cordilleras hay tanto valles fértiles como cimas imponentes. Por ello, los viajes de yoga y meditación en Marruecos pueden encontrar su sitio en ambientes frescos y húmedos, especialmente los ubicados en las laderas norte, pero también en altozanos desde los que gozar de vistas espectaculares. Los valles de Ourika y de Asni son buenos ejemplos, así como el entorno del puerto de Tizi n’Tichka, todos ellos cerca de Marrakech.
Playas vírgenes del sur
Uno de los aspectos que ayudan a crear una atmósfera perfecta para la meditación es la virginidad del paisaje: si no se atisba la mano del ser humano en forma de construcciones, la actividad ganará muchos enteros. Y eso es precisamente lo que ocurre a lo largo de kilómetros y kilómetros de litoral, en el sector sur del Atlántico marroquí. En algunos casos, con arenales de lo más sugerente, como los de la playa de Legzira, cerca de Sidi Ifni. En otros casos, en acantilados rocosos, azotados por el ímpetu del viento y de las olas, en el entorno de la ciudad de Essaouira, por ejemplo. En ambos casos, el sonido de la brisa, que cambia de intensidad según el momento, supondrán la mejor banda sonora para un viaje destinado a alcanzar la paz interior.
Y otros muchos destinos más
En realidad, esto es sólo una pequeña muestra de lugares propicios para un viaje de yoga y meditación en Marruecos. Pero si tú tienes otras sugerencias, por ser el maestro organizador de la actividad o por cualquier otra razón, no dudes en ponerte en contacto con Chic Morocco. Contamos con experiencia en organizar paquetes vacacionales cuyo principal objetivo es viajar hasta el interior de uno mismo, y a eso contribuyen paisajes como los aquí indicados y con acceso a los muchos hammams que hay en el país, por ejemplo.