De norte a sur, del Mediterráneo al Atlántico, de las altas montañas a los profundos valles, de los bosques más frondosos al desierto más árido, de ciudades vibrantes a pueblos apacibles. Y todo ello, en apenas 10 días. Puede parecer inverosímil, pero no: es, simplemente, Marruecos. Y así es este circuito lo suficientemente breve para encajarlo en unas pequeñas vacaciones, y lo suficientemente amplio para descubrir a fondo los grandes atractivos del país.
El recorrido de este viaje comienza en Tánger, lo que te dará la posibilidad de sentir fugazmente el abrazo del mar en el Estrecho de Gibraltar. Y a diferencia de otros circuitos más breves, este de 10 días llega hasta Essaouira, en el Océano Atlántico. Entre uno y otro, los paisajes naturales más espectaculares tierra adentro. Por ejemplo, en las montañas del Alto Atlas, el Medio Atlas y el Rif, cada uno de ellos con sus particularidades. O los oasis que se forman casi por arte de magia en el sur del país, con cañones rocosos de formas caprichosas. Y por supuesto, el imponente desierto del Sahara, que tiene su mejor expresión en las dunas de Erg Chebbi. Extraordinarios contrastes que descubriremos en primera persona.
El hombre y sus obras también son protagonistas en este circuito desde Tánger. Y lo veremos en las medinas históricas de las ciudades, pero también en las humildes gentes que habitan los pequeños pueblos. Este viaje recorre tres de las cuatro Ciudades Imperiales (Fez, Meknes y Marrakech), todas ellas Patrimonio de la Humanidad, al igual que otras localidades más pequeñas con esa misma distinción (Tetuán, Ait Ben Haddou y la mencionada Essaouira). Y la cultura popular se convierte en un atractivo en sí mismo en pueblos como Chaouen y Rissani, o incluso en el desierto más profundo, como la aldea de Khamlia. Arte, artesanía, folklore y costumbres ancestrales que tendrás al alcance de la mano durante el tour.
Aquí te presentamos el programa completo de este circuito de 10 días y 9 noches, con inicio en Tánger, final en Marrakech y desplazamientos por carretera durante todo el viaje, salvo la aventura de recorrer dunas y pistas de arena en el desierto.
En el primer día de este circuito, os recogeremos en Tánger, en el lugar que nos indiquéis: puede ser el puerto para quienes llegan en ferry, el aeropuerto para quienes lo hacen en avión o un hotel del centro para quienes ya se encuentren en esta ciudad previamente. Tras el encuentro y terminados los trámites de ingreso (si los hubiera), partiremos sin demora hacia la primera ciudad a visitar: Tetuán.
En Tetuán descubriremos una medina histórica de color blanco reluciente, a la que se puede acceder por la muralla junto al Palacio Real o del Califa. Este punto es además la bisagra del centro histórico con el ensanche del siglo XX, que tiene un llamativo parecido con Andalucía, pues surgió cuando esta ciudad era la capital del Protectorado Español de Marruecos.
Tras esta visita libre de Tetuán, proseguiremos nuestra ruta hasta el corazón de las montañas del Rif, cuyos paisajes también recuerdan a los del sur de España. Pero en este caso, la localidad que visitaremos no tiene parangón: Chaouen, conocido como el ‘pueblo azul’ por el color predominante en su medina. Un paseo por ella, desde la plaza de Uta el-Hammam a través de intrincadas callejuelas, supondrá una experiencia de lo más fascinante. Entre sus principales atractivos, la kasbah del siglo XIV (hoy museo etnográfico) y los miradores repartidos por el centro, que brindan panorámicas espectaculares de la medina.
Por la noche, tras un intenso día de viaje y visitas, descansaréis en un riad de Chaouen, situado en el casco histórico.
En este segundo día de circuito, abandonaremos Chaouen y las montañas del Rif para proseguir nuestro viaje en dirección sur. Aunque quizás deberíamos decir, “nuestro viaje en el tiempo”, puesto que los lugares que visitaremos son auténticas joyas de la historia marroquí.
Así ocurre con Volubilis, probablemente el conjunto arqueológico más importante del país. En su origen fue una ciudad romana, centro neurálgico de la provincia Mauritania Tingitana. Y los sorprendentes vestigios que han quedado de ella así nos lo hacen entender: un templo en honor a Júpiter, un Arco triunfal en honor del emperador Caracalla, unos mosaicos de gran calidad artística y, en suma, un urbanismo típico de esta civilización en los primeros siglos de nuestra era.
Adentrarnos en Meknes también supone un viaje por la Historia, aunque en este caso más reciente: muchas de las construcciones que admiraremos aquí son de los siglos XVII y XVIII, el periodo en el que el sultán Moulay Ismail gobernó el reino desde aquí. Su mausoleo es probablemente el monumento más rico y espectacular, sin pasar por alto otros edificios icónicos como la puerta Bab Mansour o el Palacio Real.
Pero si hablamos de Historia y arte, no hay en Marruecos otra ciudad como Fez. En ella terminaremos la ruta de este día, aunque tras la llegada habrá sólo tiempo para un paseo libre y descanso en el riad del centro, con la vista puesta en el día siguiente, cuando exploraremos a fondo este destino de alto interés cultural.
Para explorar adecuadamente Fez, hacen falta dos cosas: una jornada completa en la ciudad y una visita guiada con un guía oficial, capaz de llevaros por los rincones más interesantes de la medina. Y eso es lo que tendréis en este tercer día de circuito.
El recorrido guiado puede abarcar monumentos y lugares de interés de lo más variado, todos ellos en el centro histórico. Tanto en Fez el Bali (medina vieja) como en Fez el Jedid (medina nueva) hay espacios tan emblemáticos como mezquitas (Karaouine, de los Andaluces), plazas (Nejjarine, de los Alauitas), barrios de artesanos (tenerías, mellah) o escuelas coránicas (medersas de Bou Inania y Attarine), entre otros atractivos.
La tarde libre puede aprovecharse para descansar o para completar la exploración de la ciudad a través de sus museos. Y no hay que olvidar que Fez es la ‘capital de la artesanía’ marroquí, por lo que ir de compras por los zocos puede resultar otra experiencia de lo más gratificante. Concluido el plan vespertino, será el momento de descansar en el riad.
Tras unos días de intenso turismo cultural, este circuito pasa página y llega al capítulo de la naturaleza, que se mostrará ante nuestros ojos con toda su exuberancia. Para ello, abandonaremos Fez y nos adentraremos en la zona más húmeda del país: el Medio Atlas.
Aquí se ubica Ifrane, una llamativa localidad de montaña con tejados que recuerdan a los Alpes. Pero sobre todo, aquí se conserva el Parque Nacional de Ifrane, en cuyo interior vive una gran comunidad de macacos de Berbería. La reserva está repleta de cedros, uno de los árboles nacionales del país, en cuyas ramas se mueven con soltura estos primates. Un paseo por el bosque será suficiente para avistar estos animales protegidos.
Del verde de este bosque iremos pasando poco a poco a los tonos marrones, dorados y rojizos, propios de la región al otro lado del Medio Atlas. Es el Valle del Ziz y el verdor queda ahora reducido a pequeños oasis de palmeras datileras que surgen a orillas de este humilde río.
Llegando a Erfoud nos daremos cuenta de que el desierto del Sahara se nos echa encima. Curiosamente, esta zona era un auténtico vergel hace millones de años, y la prueba de ello es la enorme variedad de fósiles encontrados aquí y que hoy se venden por doquier en las tiendas de la ciudad.
Pero la auténtica bienvenida al desierto llegará en Merzouga, poco después. Aquí empieza el campo de dunas de Erg Chebbi, de más de 25 km de longitud, y para dar un paseo por ellas utilizaremos dromedarios, como auténticos tuareg del desierto. La travesía concluirá en el campamento de jaimas de lujo que se encuentra en medio de las dunas, donde nos recibirán con un té bereber, una cena tradicional y una hoguera para caldear el ambiente. Y si antes de retirarte a dormir levantas la cabeza, podrás observar un firmamento de estrellas de lo más asombroso.
El desierto del Sahara ofrece atractivos de lo más variado, y en este quinto día de circuito veremos una amplia muestra de ello. Por ejemplo, el amanecer con el que comenzará nuestro día: si madrugamos, observaremos un alba que no tiene comparación, por su quietud y juego de luces.
Tras ello, desayunaremos en el campamento y volveremos a cruzar las dunas de arena hasta Merzouga para desplazarnos en 4×4 hasta otros puntos de interés. Uno de ellos es Khamlia, conocido popularmente como el ‘pueblo de los negros’. Aquí viven personas de origen subsahariano, cuyos antepasados llegaron aquí siglos atrás como esclavos. En la actualidad, honran a sus ancestros con la música gnawa, una expresión cultural que está protegida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Darán un concierto y bailarán esta danza folclórica para disfrute de nuestros ojos y nuestros oídos.
Tras ello, dejaremos el asfalto para movernos por pistas de tierra que años atrás recorrían las motos y los coches del rally París-Dakar. En la ruta, pasaremos por lugares de lo más sorprendente, como antiguas minas de kohl, explotadas en tiempos del Protectorado Francés.
Pero nada tan auténtico y genuino como los asentamientos de familias seminómadas, que aún conservan hábitos de vida del pasado. Con nuestra mediación, los conoceréis de primera mano, comprendiendo cómo es su día a día basado en las actividades tradicionales, como el cuidado del ganado. Su hospitalidad y su coraje para salir adelante en un entorno tan hostil nos servirán de inspiración.
En el último tramo de la jornada, emprenderemos camino de regreso a Merzouga, deteniéndonos en una elevación estratégica para admirar una panorámica de las 14.000 hectáreas que, aproximadamente, cubren las dunas de Erg Chebbi. Ya en el hotel, cenaréis y descansaréis en un hotel de gusto bereber y ambiente relajante.
En este sexto día de circuito, retomamos la ruta por asfalto, dejando atrás el desierto más puro para recorrer la interesante región que se ubica entre el Sahara y el Atlas: el Valle del Dades.
Antes de llegar hasta él, nos detendremos en la interesante Rissani, una pequeña localidad donde sus habitantes todavía acuden en burro a comprar al mercadillo de la medina. Esa mezcla de escenas cotidianas de otro tiempo y construcciones históricas en adobe hará que nuestra parada merezca la pena.
Más adelante, entre kasbahs en ruinas, oasis de palmeras y humildes tierras de cultivo, llegaremos a las Gargantas del Todra: este estrecho desfiladero, originado por la erosión del pequeño río Todra, es hoy un agradable lugar de paseo para viajeros como nosotros… y un paraíso para los escaladores, que ascienden por su verticales paredes de más de 100 metros de altura.
De nuevo en la carretera del Valle del Dades, la ruta suma kilómetros hasta llegar a Ouarzazate, la principal ciudad para la región y para la industria cinematográfica marroquí, gracias a sus Atlas Studios. Un hotel-riad de la ciudad nos acogerá para cenar y para descansar cómodamente por la noche.
Sin salir de Ouarzazate, realizaremos la primera e interesante visita del día: la kasbah de Taourirt. Esta fortaleza fue también palacio para la poderosa familia El Glaoui hace más de un siglo, y su estado de conservación la convierte en un ejemplo destacado de la arquitectura bereber. El tono rojizo del adobe en el exterior contrasta con el colorido del interior, de ornamentación profusa en madera, cerámica y yeso, como es propio de la arquitectura islámica.
Al poco de reanudar la marcha por carretera, nos detendremos para admirar otro lugar icónico de la civilización bereber: el ksar de Ait Ben Haddou. Amurallado y apiñado en una colina, este pueblo fue una parada importante para las rutas caravaneras rumbo a Marrakech, y en la actualidad ofrece una visita de lo más interesante. Algunos viajeros, incluso, la reconocerán como localización de Juego de Tronos y otras superproducciones.
A continuación, toca regresar al vehículo y ascender las montañas del Alto Atlas, hasta alcanzar los 2.260 metros de altitud: ahí se encuentra el puerto de Tizi n’Tichka, que nos ofrecerá una panorámica espectacular de la cordillera y nos dará paso a su cara norte.
Tras finalizar el descenso, llegaremos a Marrakech, la ‘ciudad roja’ y gran polo turístico del país. En ella, tendréis la tarde libre para un primer paseo por el casco antiguo, compras o simplemente descansar en el riad que os acogerá por la noche.
Son tantos los atractivos que posee Marrakech, que hace falta al menos un día completo para explorarlos. Y si es con un guía oficial, mucho mejor. Por ello, en esta octava jornada de circuito, nos pondremos en manos de un profesional en la materia para disfrutar de una visita guiada durante la mañana.
Los posibles itinerarios son muy variados, pero seguramente salgan a nuestro paso la bulliciosa plaza de Jemaa el-Fna (declarada, por sí sola, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad), el elegante minarete de la mezquita Koutoubia o el refinamiento que esconden las Tumbas Saadíes, el Palacio Bahia y la medersa de Ben Youssef, entre otros lugares de interés.
Otros atractivos como los Jardines Majorelle o el Museo de Marrakech pueden quedar para la tarde, que tendréis libre. Actividades de ocio o de compras (de artesanía en los zocos o de lujo en Gueliz) son otras propuestas para llenar este tramo del día, antes de regresar a descansar al riad.
Este circuito de 10 días desde Tánger deja para el final uno de los platos fuertes: la excursión a Essaouira, que fascina a todos sus visitantes por su casco antiguo y por sus playas, a partes iguales.
Hacia ella saldremos por la mañana y, antes de llegar, tendremos la ocasión de atravesar grandes campos de argán. Tanto el árbol como su producto, el aceite, son auténticos símbolos de Marruecos, así que tendremos la ocasión de detenernos en una cooperativa local para conocer quién se encarga de su elaboración y cómo.
Ya en Essaouira, tendréis tiempo libre para dar un paseo por la medina y por la Skala, una fortaleza marítima de origen portugués (siglo XVI) que también sirvió de plató de rodaje en Juego de Tronos. Y quien prefiera acercarse a sus playas, podrá darse un baño (si el tiempo lo permite) o disfrutar de alguna actividad deportiva o de ocio.
Por la tarde, a la hora acordada, os recogeremos para regresar por carretera a Marrakech, pasando esta última noche en el riad del centro.
El décimo día es el último de este circuito, y su programa dependerá de la hora a la que tengáis el vuelo de regreso a casa. Haya tiempo o no para un último rato libre en Marrakech, os recogeremos en el riad para realizar el transfer hacia el aeropuerto. Y ya en la terminal de pasajeros, cuando sólo quede el embarque, nos despediremos hasta la próxima vez, con agradecimiento por la confianza en nuestra agencia.
Para que todo salga según lo previsto en este circuito de 10 días, el paquete incluye los siguientes servicios premium:
Estos servicios no están incluidos en el paquete de viaje:
Rellena el siguiente formulario para recibir un presupuesto gratis sin compromiso hecho a medida por una agencia especializada en Marruecos.
Agencia de viajes y DMC especialistas en viajes a Marruecos privados y a medida
Mandala Tours, S.L, NIF: B51037471
Licencia: C.I.AN-187782-3