Este circuito de 11 días por Marruecos comienza a orillas del Océano Atlántico (Casablanca) y termina muy cerca de él (en Marrakech, tras una excursión a Essaouira). Y entre medias, un apasionante tour que te llevará a los destinos imprescindibles del país. Sin duda, una opción ideal para los viajeros todoterreno, que desean combinar en un mismo programa cultura y naturaleza, grandes ciudades y mundo rural, desierto y mar.
El programa de este circuito de 11 días sigue las líneas maestras de otros itinerarios con inicio en Casablanca y final en Marrakech: recorre importantes ciudades y sitios declarados Patrimonio de la Humanidad del país (Rabat, Meknes, Volubilis, Ait Ben Haddou…), pero además añade destinos menos conocidos que, por falta de tiempo, no tienen hueco en otros circuitos de menor duración.
Es el caso de Essaouira, una perla del Atlántico a escasas dos horas de Marrakech. O experiencias en el corazón del desierto, en poblados pequeños donde el folclore y la vida seminómada mantienen su vigencia. El ‘pueblo de los negros’ o las localidades de los valles presaharianos son algunos ejemplos que te sorprenderán por su originalidad… y por la calidad del servicio que se ofrece al viajero.
Para poder disfrutar al máximo de este circuito de 11 días, tendréis acompañamiento por parte de nuestro personal en todos los destinos a visitar. Y en aquellos lugares donde haga falta profundizar, contaréis con un guía local certificado por el Ministerio de Turismo para recibir las mejores explicaciones en tu idioma. En concreto, en las ciudades de Fez y Marrakech, pero también puedes solicitar este servicio adicional en otros espacios visitables.
Pero también os dejaremos tiempo libre para realizar visitas a vuestro aire, acudir a comprar por vuestra cuenta o simplemente tomar algo y descansar cuando así os apetezca, especialmente en las grandes ciudades donde la oferta comercial y cultural es amplia y personalizable. De esta manera, el viaje se adapta a vuestro ritmo, y no al revés.
A continuación puedes ver un resumen y una descripción en detalle de este circuito de 11 días y 10 noches por Marruecos, con inicio en el Aeropuerto de Casablanca Mohammed V y fin en el de Menara – Marrakech, sin vuelos intermedios y con todos los desplazamientos en vehículo premium.
Nada más llegar al Aeropuerto de Casablanca, nuestro personal os recibirá en la terminal para iniciar este circuito de 11 días. Y la primera visita prevista está precisamente en esta ciudad, considerada capital financiera de Marruecos: la mezquita de Hassan II, un templo de enorme interés no solo por su imponente arquitectura sino también por ser una de las pocas del país y del mundo musulmán que admite la entrada de personas de otros credos.
Tras ello, pondremos rumbo a la capital política y administrativa, Rabat: declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cuenta con monumentos emblemáticos y bellos, como el Mausoleo de Mohammed V o la Torre Hassan, que ejemplifican el esplendor del pasado y el presente de la ciudad. Al caer la noche, descansaréis en un riad con encanto situado en el centro.
Tanto Casablanca como Rabat son ciudades bañadas por el Océano Atlántico, pero en esta segunda jornada de circuito abandonamos la costa para viajar al interior. Concretamente a las norteñas montañas del Rif, donde está enclavado uno de los pueblos más pintorescos de Marruecos: Chaouen, llamado también el ‘pueblo azul’ porque este color tiñe todas las casas de la medina.
La visita por este sugerente destino es libre para que podáis saborear sus callejuelas y miradores a vuestro ritmo. Pero a buen seguro que vuestros pasos os llevarán a la plaza de Uta el-Hammam o a la Kasbah, que en la actualidad es un Museo Etnográfico. El riad para descansar durante la noche se encuentra, cómo no, en la medina para completar una jornada llena de encanto.
El tercer día de circuito nos lleva de Chaouen a la eterna ciudad de Fez. Pero entre uno y otro destino, visitaremos dos lugares de enorme interés que, precisamente por ello, están declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El primero es Volubilis, un recinto arqueológico de época romana que da cuenta de la importancia de este territorio en tiempos de aquel imperio. Se trata del yacimiento preislámico más espectacular del país y en él sobresalen restos monumentales imponentes, como el Templo de Júpiter Capitolino o el Arco de Caracalla. La entrada al recinto está incluida, pero la visita guiada por el yacimiento es opcional.
Tras visitar Volubilis, nos desplazaremos unos 20 km hasta la ciudad de Meknes, que fue la capital del reino en tiempos del sultán Moulay Ismail. De aquel periodo quedan importantes vestigios, entre ellos su mausoleo (que visitaremos), así como partes monumentales de la muralla, como la espectacular Bab el-Mansour.
En el tramo final del día llegaremos a Fez, pero en esta jornada tendréis solo una primera toma de contacto con la ciudad, dejando para el día siguiente la visita a fondo de la medina, que es la más grande del país. Ahí, por cierto, estará también el riad con encanto en el que descansaréis.
Fez es una ciudad de obligada visita, sobre todo para los amantes de la cultura y el arte. Se trata de una ciudad fascinante, capital del reino en diferentes periodos del pasado y aún hoy capital espiritual del país, motivos que le valieron su declaración como Patrimonio Mundial por la Unesco. La lista de lugares de interés es muy amplia y por eso se hacen necesarios los servicios de un guía oficial para realizar una visita guiada por la mañana.
Algunos de los lugares de mayor interés y que podrían formar parte del recorrido se sitúan en Fez el Bali (medina vieja), donde están las principales escuelas coránicas o medersas (Bou Inania, Attarine) y la mezquita Karaouine, que alberga la que para muchos es la primera universidad del mundo. La medina nueva o Fez el Jedid también ofrece interesantes atractivos, en especial el Palacio Real, aunque solo pueda contemplarse desde fuera. El Mellah o barrio judío y los numerosos zocos son otros focos de interés que pueden formar parte de la jornada, ya sea en la visita guiada o en la tarde libre, antes de descansar de nuevo en el riad.
Si la cuarta jornada de este circuito estaba marcada por la cultura, la historia y el arte, en la quinta jornada cambiamos completamente para disfrutar de la naturaleza más salvaje de Marruecos. Una naturaleza que, como veremos, se muestra llena de contrastes.
Poco después de salir de Fez haremos parada en Ifrane, que sorprende por su skyline de tejados a dos aguas, más propios de otras latitudes como los Alpes. Entre esta localidad y Azrou se encuentra el llamado Bosque de Monos, un parque nacional lleno de cedros y macacos de Berbería, que a buen seguro podremos ver durante nuestra parada.
Tras ello, cruzaremos el Medio Atlas e iniciaremos un largo descenso por el Valle del Ziz hasta Erfoud. Esta pequeña localidad es una de las más interesantes para los amantes de la geología, por su gran variedad de mármoles y fósiles, algunos de ellos de especies que vivieron en la época de los dinosaurios.
Erfoud será la última parada antes de llegar a Merzouga, donde haremos transbordo: en ese momento nos subiremos a lomos de dromedarios para realizar el siguiente tramo por las dunas de Erg Chebbi hasta llegar al campamento de jaimas. Allí nos recibirán con un té bereber, como manda la tradición, y más tarde dormiremos bajo el cielo estrellado propio del desierto.
En este sexto día de circuito por Marruecos, conoceremos de primera mano las duras condiciones de vida de quienes residen aquí, pero también su capacidad de adaptación y amabilidad sin fin. Para ello, abandonaremos el campamento de jaimas (no sin antes desayunar y admirar el amanecer en este paraje), nos daremos una ducha en Merzouga e iniciaremos una ruta en 4×4 por las pistas de tierra del desierto.
Khamlia será una parada muy especial: llamado el pueblo negro, sus habitantes de origen subsahariano son descendientes de antiguos esclavos y hoy son admirados por su destreza en la música folclórica, donde la percusión es un elemento distintivo.
Tras presenciar un concierto de esta música, que está protegida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, proseguiremos por pistas que formaron parte del mítico París-Dakar. Poblados franceses abandonados de la época del Protectorado trufan el recorrido, que nos llevará a otra experiencia enriquecedora: nuestro encuentro con familias seminómadas, que nos recibirán con hospitalidad y nos mostrarán su modo de vida basado en la itinerancia y el pastoreo.
De regreso a Merzouga y tras detenernos en una colina de arena con vistas panorámicas privilegiadas, haremos noche en un espectacular hotel que se integra a la perfección en el desierto.
Tras pasar dos noches en el desierto de Merzouga, abandonamos este destino único para adentrarnos en otros lugares igualmente fascinantes del sur de Marruecos. Es la zona conocida como valles presaharianos, a los que llegaremos poco después de hacer una breve parada en Rissani, conocida por las escenas costumbristas de su coqueta medina.
La jornada será principalmente un roadtrip, con paisajes a ambos lados de la carretera en los que conviven las colinas rocosas, los palmerales y las ruinas de antiguas kasbahs bereberes. Nos detendremos en las increíbles Gargantas del Todra, un cañón cincelado durante miles de años por el curso de este humilde río estacional.
Y remontaremos el valle del Dades hasta su principio, donde se encuentra la ciudad de Ouarzazate, en la que nos espera el hotel para descansar durante la noche.
En el octavo día de circuito rememoramos las antiguas rutas caravaneras, tan importantes siglos atrás no solo para la economía del país, sino también para toda África. En esta ruta se construyeron kasbahs o fortalezas bereberes, siendo un buen ejemplo de ello la de Taourirt, que además fue la residencia-castillo del pachá de Marrakech a comienzos del siglo XX, como entenderemos durante la visita.
Pero el gran exponente de esa arquitectura militar, comercial y popular es el ksar de Ait Ben Haddou, que visitaremos como se merece. Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, este poblado fortificado parece detenido en el tiempo y nos permite admirar sus estructuras de adobe y su pintoresco urbanismo, en la ladera de una colina y a los pies de una kasbah defensiva.
Con la imagen aún en la retina de ese poblado fortificado retomaremos la ruta y cruzaremos el Alto Atlas por Tizi n’Tichka, para después iniciar un agradable descenso hasta Marrakech. A la llegada, habrá tiempo libre antes de descansar en el riad de la medina.
Si Casablanca es la capital financiera, Rabat la administrativa y Fez la espiritual, Marrakech es sin duda la capital turística de Marruecos. Es la más visitada, y no por casualidad: su pasado esplendoroso nos ha legado monumentos de gran interés, que conoceremos gracias a una visita guiada con un profesional certificado por el Ministerio de Turismo.
Ante nuestros ojos aparecerán la mezquita Koutoubia, la Plaza Jemaa el Fna, los zocos de artesanos y otros lugares, algunos de los cuales son visitables, como el Palacio Bahia o las Tumbas Saadíes. La tarde será libre y supone un momento ideal para visitar alguno de los muchos museos locales, hacer compras o perderse en los palmerales y jardines que dan un toque de frescor al centro Y por la noche, un nuevo descanso en el riad.
En este décimo día de viaje llega el elemento diferencial de este circuito respecto a otros de menor duración: la excursión a Essaouira. Esta hermosa ciudad de la costa atlántica, que también es Patrimonio de la Humanidad, alberga interesantes sorpresas que podréis disfrutar de forma libre a lo largo del día.
Su Skala o fortaleza marítima es uno de los mejores exponentes de la arquitectura portuguesa en el país, pues durante los siglos XV y XVI, esta ciudad (llamada Mogador entonces) y otras del entorno fueron fundamentales para los viajes comerciales de ese país europeo. El interior de la medina es muy pintoresco, con mezquitas y sinagogas de lo más sorprendente, lo cual nos habla del pasado rico y multicultural de esta ciudad.
Durante los trayectos de ida y vuelta por carretera tendremos ocasión de atravesar los campos de argán, árbol emblemático del país, donde hay cooperativas que extraen de manera tradicional su aceite. Conocer de primera mano su funcionamiento puede ser una experiencia de lo más enriquecedora. Y al final del día, pasaréis la tercera y última noche en el riad de Marrakech.
El undécimo día de circuito es el último, y lo organizaremos en función del horario de despegue del avión que os llevará de regreso a casa. El desayuno se servirá en el riad, como de costumbre en el viaje, y nuestro chófer os recogerá a la hora acordada para llegar con tiempo al aeropuerto. Allí nos despediremos, con todo nuestro agradecimiento y deseos de futuros reencuentros.
Los servicios incluidos en este circuito harán que tu experiencia de viaje sea mucho más completa y confortable. Aquí los enumeramos:
A pesar de lo completo y variado del paquete, los siguientes servicios quedan excluidos de él, por lo que el cliente deberá costearlos aparte:
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