Este circuito de 9 días tiene al desierto como gran protagonista, pero suma otros dos grandes atractivos: la playa atlántica (Essaouira) y la ciudad de Marrakech, donde empieza y termina la ruta. Así que si buscas una propuesta completa con esa duración, ponte en manos de nuestra agencia para disfrutar de este viaje por el sur de Marruecos.
Si eliges este circuito de 9 días por Marruecos es porque te gustan los paisajes únicos, las experiencias genuinas y la cultura popular, esa que practican las gentes del lugar en su día a día. Y todo ello lo encontrarás en el desierto del Sahara marroquí y en su entorno inmediato, lo que se conoce como ‘área presahariana’. Las dunas de Erg Chebbi serán la gran meta de la ruta, pero para llegar y para regresar descubriremos ambientes únicos, tanto desde el punto de vista natural (cañones rocosos, palmerales infinitos…) como desde una óptica etnográfica (música folclórica, encuentro con familias nómadas, artesanía humilde…). Sin duda, un viaje que te hará replantearte muchas cosas de nuestra frenética vida en las ciudades.
Aunque el desierto y su entorno acaparan buena parte de este circuito de 9 días por Marruecos, el programa incluye otros muchos atractivos. Los amantes de la cultura y la historia disfrutarán las visitas por Essaouira y Marrakech (esta última, con un tour guiado), puesto que están declaradas Patrimonio de la Humanidad, así como el ksar de Ait Ben Haddou. Y además, habrá tiempo libre para que, si el las condiciones meteorológicas lo permiten, podáis daros un baño en las playas de Essaouira, que no sólo son las más cercanas a Marrakech sino también las más hermosas y animadas de la región.
En 9 días y 8 noches, el programa recorre una gran variedad de lugares, a los que llegaremos siempre por carretera, en un vehículo privado confortable. Así se reparten las jornadas del circuito, que empieza y termina en el Aeropuerto de Marrakech Menara:
Para empezar con buen pie este circuito de 9 días, nuestro personal os recibirá en la terminal de llegada. Así, os daremos la bienvenida y haremos el traslado al riad de la medina de Marrakech sin haceros esperar. Y ya en el centro de la ciudad, dispondréis de tiempo libre (dependiendo de la hora de llegada del vuelo) para tener un primer contacto con la ‘ciudad roja’, que exploraremos a fondo más adelante en el circuito.
Tras la aclimatación del primer día en Marrakech, partiremos desde el riad hacia el salvaje sur a bordo de nuestro vehículo. Nuestro chófer se encaminará a las montañas del Alto Atlas, que sirven de frontera entre el Marruecos más vibrante y populoso con el Marruecos más tranquilo y tradicional.
Cruzaremos esa cadena montañosa por el puerto de Tizi n’Tichka y la aridez del entorno se hará más patente durante el descenso, salpicado de vez en cuando de oasis donde crecen las palmeras. Junto a uno de ellos se ubica el espectacular ksar de Ait Ben Haddou, un pueblo fortificado que parece sacado de una ficción. De hecho, ha sido elegido para ambientar escenas de películas como Babel o series como Juego de Tronos. Conocerlo por dentro y por fuera nos ayudará a entender su importancia hace siglos, cuando por aquí pasaban las caravanas comerciales que conectaban Marrakech y Tombuctú, principalmente.
Nuestra ruta no nos llevará tan lejos, pero sí nos hará disfrutar del valle que se abre ante nuestros ojos poco después: el Valle del Dades, uno de los más fértiles de la zona gracias a las áreas húmedas y verdes que surgen a orillas de este río. En uno de los pueblos pintorescos que jalonan el valle haremos noche, en un riad con encanto, donde también está incluida la cena.
El paisaje que nos despidió el día anterior continuará presente en el inicio de la tercera jornada. El Valle del Dades seguirá mostrándonos sus paisajes donde se combinan montañas peladas, campos de cultivo y palmerales frondosos. Un ejemplo inmejorable será Tinghir, una de las poblaciones más importantes e interesantes del valle.
Muy cerca de ella está otro de los atractivos de la jornada: las Gargantas del Todra. El río que les da nombre es estacional y ha actuado aquí como un auténtico cuchillo, horadando la roca hasta formar un cañón estrecho y profundo, por el que pasearemos. Sus paredes superan el centenar de metros y son un auténtico paraíso para los escaladores.
De vuelta al Valle del Dades, seguirá nuestra carretera entre antiguas kasbahs y oasis hasta llegar a Erfoud, donde el paisaje es ya plenamente desértico: sus hamadas (terreno pedregoso y árido) esconden yacimientos paleontológicos de primer nivel y, de hecho, esta ciudad es una de las más ricas en fósiles prehistóricos.
Tras dejar atrás Erfoud, le llega el turno a Merzouga, donde aparcaremos el vehículo y nos subiremos en los dromedarios (uno por persona) con los que completaremos los últimos kilómetros de la ruta de hoy. Nos harán avanzar por el campo de dunas de Erg Chebbi, el más fascinante de todo el país por sus suaves colinas de arena fina.
El paseo en dromedario termina en un campamento de jaimas de lujo, dotado de todas las comodidades. El té de bienvenida, la deliciosa cena y el agradable fuego que caldea el ambiente son tres elementos indispensables en este lugar. Y tampoco suele faltar a su cita el cielo estrellado propio del desierto.
Aunque el amanecer tiene lugar todos los días, contemplarlo en las dunas del desierto es algo que sólo puede disfrutarse en ocasiones muy especiales, como en este viaje. Por ello, valdrá la pena levantarse temprano y ver cómo se enciende el día, con sus mágicas luces que pasan de tonos fríos a cálidos en cuestión de minutos.
Terminado este espectáculo natural, tomaremos el desayuno en el campamento y regresaremos a Merzouga. Lo que nos espera en ese momento son experiencias sensoriales y emocionantes, que solo pueden encontrarse en el desierto. La primera de ellas, un concierto de música gnawa, a cargo de los habitantes de Khamlia, de tez oscura por ser descendientes de antiguos esclavos.
La ruta se vuelve una aventura al recorrer después las pistas de tierra con nuestro 4×4, como años atrás lo hicieran las motos y los vehículos todoterreno del rally París-Dakar. El paisaje aquí se vuelve lunar y fantasmagórico, con minas de kohl y poblados abandonados, algunos de origen bereber y otros de la época del Protectorado Francés.
Contemplando este panorama, resultará aún más admirable conocer cómo se las ingenian las familias nómadas que habitan esta zona y que conoceremos gracias a la intermediación de nuestro chófer-guía. Son personas que, pese a adoptar algunos hábitos sedentarios, mantienen un estilo de vida muy distinto al que nos dicta la globalización.
Estas familias que luchan cada día por salir adelante tienen el premio de contemplar a diario el espectacular paisaje del desierto, como lo haremos también nosotros desde un mirador panorámico frente a las dunas de Erg Chebbi. Tras ello, volveremos a Merzouga para cenar y hacer noche en un estupendo hotel del desierto.
Tras los paisajes y las experiencias vividas en el corazón del desierto, toca regresar. Y lo haremos por una ruta alternativa para descubrir otros rincones de interés del sur de Marruecos.
Por ejemplo, Rissani, una pequeña ciudad que posee una gran medina y mantiene un estilo de vida parecido al de siglos pasados: muchos de sus habitantes se desplazan en burro, que aparcan junto a la muralla, van a comprar al mercadillo de especias y alimentos, y veneran a Ali Sherif (iniciador de la dinastía alauita) en su mausoleo, dentro de la muralla.
Tras visitar Rissani, nuestro cuentakilómetros avanzará a buen ritmo porque tomaremos la carretera del Valle del Draa, dejando atrás Nkob, Tazzarine y otros pueblos surgidos en este enorme palmeral de 150 km de longitud, que llega prácticamente hasta Ouarzazate. Precisamente en esta ciudad, apodada el ‘Hollywood del desierto’ por sus estudios cinematográficos, pasaremos la noche de esta jornada, en un hotel-riad que también servirá la cena.
El sexto día lo comenzaremos con una interesante visita sin salir de Ouarzazate: la kasbah de Taourirt. Es el gran monumento de esta ciudad y destaca por la combinación de austeridad exterior y refinamiento interior, con gusto bereber (adobe, torres almenadas, etc.) e islámico (cerámica, azulejos, madera, yeso). Fue una de las residencias principales de Thami El Glaoui, uno de los hombres más poderosos del país en el siglo XX, ostentando el título de Pachá de Marrakech.
Tras la visita a esta impresionante kasbah, volvemos a la carretera para iniciar el ascenso del Alto Atlas y coronar el puerto de Tizi n’Tichka. En su descenso nos deleitaremos con un paisaje mucho más fértil que el de los días anteriores, con pueblos y granjas que se integran a la perfección en sus valles.
La ruta continúa y no se detiene por el momento en Marrakech, sino que continúa hacia Essaouira, adonde llegaremos al final del día, entre campos de argán. Acudiremos directamente al riad con encanto donde os alojaréis, dejando para la mañana siguiente lo más importante de esta hermosa ciudad, bañada por el Océano Atlántico.
Tras desayunar en el riad, tendréis la mañana libre para descubrir la hermosa ciudad de Essaouira, que ofrece un gran contraste con todo lo visto hasta ahora. La brisa atlántica se sentirá y las construcciones militares de época portuguesa (siglo XVI, con reconstrucciones posteriores) componen un ambiente único, a lo que se añaden escenas cotidianas como las barcas de pescadores junto a la fortaleza y las playas animadas al sur, donde muchas personas practican deportes acuáticos. La medina invita a perderse por ella, llegando así a antiguas puertas de la muralla y al barrio judío (mellah), que todavía conserva sinagogas y un gran cementerio hebreo.
Durante la tarde, volveremos a la carretera, esta vez para regresar a Marrakech, a tiempo para disfrutar unas horas libres antes de descansar en el riad de la medina.
La visita a fondo de Marrakech queda casi para el final, pero no por falta de interés, ni mucho menos: en esta penúltima jornada descubriremos los rincones más bellos e interesantes de la medina, de la mano de un guía oficial del Ministerio de Turismo.
Palacios como el de Bahia, mezquitas como la Koutoubia, medersas como la de Ben Youssef y mausoleos como el de las tumbas saadíes atraerán nuestra atención durante el recorrido, en unos casos con acceso a su interior y en otros no, por estar prohibidos a los no musulmanes. Y el epicentro de la vida marrakechí, la plaza de Jemaa el-Fna, será un lugar de parada obligada en algún momento de la visita.
La tarde quedará libre para complementar el programa con visitas culturales (Museo de Marrakech, Museo de Yves Saint Laurent…), con agradables paseos (Jardín Majorelle), con actividades de ocio o con compras de artesanía en los zocos de la medina. Por la noche, de nuevo y por última vez durante el viaje, descansaréis en el riad de la medina.
En el noveno día, este viaje toca a su fin. La jornada se organizará según el horario del vuelo de regreso. El desayuno será en el riad y el traslado al aeropuerto, a la hora acordada para llegar con tiempo de sobra a la terminal de embarque. Allí nos despediremos con agradecimiento y hasta, ojalá, la próxima ocasión.
Transporte, alojamiento, visitas guiadas… Este paquete de viaje abarca un amplio listado de servicios incluidos, que son los que te mostramos a continuación:
Este circuito de 9 días por Marruecos no incluye los siguientes servicios:
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