Una de las sorpresas más gratas que puede llevarse un viajero en Marruecos es la de descubrir su folclore, en especial su danza y su música. Destaca por su variedad, pues los ritmos, movimientos y vestimentas son muy diferentes de una región a otra. Además, expresan emociones de una manera muy sincera y original, a menudo relacionadas con la religión, pero no solo. En estas líneas puedes conocer más sobre la danza y la música de Marruecos, dos demostraciones folclóricas que están estrechamente relacionadas entre sí.
Para descubrir las danzas tradicionales de Marruecos, es preciso realizar un viaje por toda su geografía nacional, puesto que en la mayoría de los casos son bailes fuertemente asociados a una región específica. Ese viaje nos lleva al desierto, al Atlas, a la costa atlántica y a las grandes ciudades.
Muchos son los viajeros que llegan a Marruecos y desean presenciar un espectáculo de danza del vientre. Pero cabe decir que ese baile no es originario de este país, sino de otros de Oriente Próximo. En cambio, existe la versión marroquí de este baile femenino, el Shikhat, muy difundido por las principales ciudades de Marruecos, como Casablanca o Rabat.
En el Shikhat, las protagonistas son también mujeres, que desde el escenario realizan movimientos ondulantes, con golpes pélvicos, agitación de cadera y otros gestos que se pueden considerar más o menos sensuales. Sin embargo, estas bailarinas no enseñan el vientre, sino que lo cubren con elegantes vestidos de tipo caftán con lentejuelas y vivos colores, de corte holgado, no ajustado.
Guedra es uno de los bailes más singulares, por su desarrollo y presentación. Se originó en el extremo sur del país, en Guelmim, para extenderse posteriormente por el desierto. La protagonista es siempre una mujer, que inicia la danza arrodillada y con la cabeza cubierta con un velo, del que cuelgan numerosas conchas. Progresivamente va aumentando la energía de sus movimientos, animada por el coro de personas, principalmente hombres, a su alrededor. Al final de la danza, la bailarina ya se habrá puesto de pie y habrá descubierto su rostro, despidiendo su actuación con un llamativo sonido de lengua.
El Ahidous es mucho más que un baile: es una seña de identidad de la población bereber o amazigh, que supone un porcentaje muy significativo de la población de Marruecos, especialmente al sur del Atlas. Precisamente en estas montañas, sobre todo en las laderas meridionales, es muy popular esta danza.
Se baila en grupo, con hombres y mujeres: ellos se encargan de aportar percusión con tambores y panderetas de tipo bandir que van in crescendo, hasta animar a las mujeres, que acaban desatando su danza de una forma enérgica. Se cree que su origen está relacionado con la celebración de la cosecha cada año, en una zona donde es de vital importancia que la agricultura dé sus frutos correctamente cada año.
Dejamos para el final la danza gnawa, pero no por falta de importancia, ni mucho menos. De hecho, es un baile que puede presumir de estar declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. En realidad, sus orígenes están fuera de Marruecos, pues se cree que lo introdujeron los esclavos traídos desde el otro lado del Sahara, es decir, del Sudán o del Sahel. De esa manera, echó raíces en el sur del país, en una vasta zona que va desde el corazón del desierto (Merzouga) hasta la costa atlántica sur.
Se puede presenciar en pueblos pequeños, como Khamlia, pero también en ciudades de la zona, especialmente en Essaouira. Se trata de un baile lleno de energía y dinamismo, donde no faltan las acrobacias de los hombres, todo ello entre ritmos tribales de percusión, con acompañamiento de instrumentos tradicionales de cuerda y viento.
Las anteriores son las principales danzas folclóricas de Marruecos, pero en realidad hay otras muchas más. Las mencionamos a continuación, por si tienes la ocasión de presenciar alguna:
Sin música no hay danza. Por ello, resulta imprescindible dar aquí algunas pinceladas de música marroquí, ya sea por su asociación a la danza o como expresión cultural en sí misma. Y de nuevo, la variedad de músicas es muy grande, como resultado de la mezcla de culturas que se han dado históricamente en Marruecos. A continuación hacemos un breve repaso.
Según sea su base cultural, su historia o su función, podemos hablar de diferentes corrientes musicales en Marruecos:
Las danzas y músicas anteriores tienen un carácter tradicional y folclórico, pero lo cierto es que la sociedad actual, con las nuevas generaciones al frente, lleva su propio camino, no siempre cercano a los estilos arriba mencionados. Lo que se puede considerar como ‘música moderna’ agrupa diferentes corrientes, algunas con un carácter internacional muy claro.
Por ejemplo, el rap es un género muy difundido en Marruecos, que parece casar muy bien con la musicalidad de la lengua árabe, y en concreto del dialecto local, el darija. Mucha difusión tiene también el rai, a menudo llamado el blues del Magreb (también es popular en Argelia) por sus letras en forma de lamento. Además, este último género se presta a menudo a la fusión con otros estilos, como el jazz, el techno o el rock.
A diferencia de los monumentos, museos y paisajes naturales, la danza y la música de Marruecos no siempre están ‘ahí’, no siempre se tiene la ocasión de ver y de disfrutar como espectador. De hecho, si no se planifica adecuadamente, resulta complicado poder presenciar un espectáculo de este tipo. Por ello, si te interesa ser testigo de una de estas manifestaciones culturales, puedes tomar nota de las siguientes sugerencias.
La primera es contratar un paquete de viaje con Chic Morocco que incluya una de estas demostraciones folclóricas. En muchos de nuestros circuitos por el desierto, incluimos un espectáculo de música gnawa en el pueblo de Khamlia, famoso por la abundante presencia de población negra que mantiene intacto este folclore. Pero también puedes solicitarnos expresamente que se incluya una actuación de música y danza, puesto que es posible organizar un concierto o actuación en la sala de baile de un hotel o en otro local adaptado.
La segunda propuesta es acudir a un festival de música tradicional, puesto que en Marruecos se organizan muchos, especialmente en primavera y verano. Estos son solo algunos de los más importantes del calendario:
Y la tercera y última propuesta es la de acudir a un museo. Si eres un apasionado de las músicas folclóricas del mundo, puedes ampliar información en uno de estos centros culturales, expositivos y de investigación. En este sentido, destaca por encima de todos el Museo Nacional de la Música de Marruecos, ubicado en Marrakech. En sus salas pueden contemplarse instrumentos históricos, visitar exposiciones temporales sobre algún género o artista y, por supuesto, escuchar piezas musicales icónicas para el folclore marroquí.
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