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Saber manejarse con el dinero en Marruecos es algo fundamental, incluso si ya has programado hasta el último detalle de tu circuito (algo que, por cierto, puedes hacer con nuestra agencia). Con toda seguridad tendrás que hacer alguna pequeña compra, adquirir algún recuerdo para traer de vuelta a casa, dar alguna propina a los profesionales del circuito… De todo ello, y mucho más, hablamos en las siguientes líneas, para que puedas desenvolverte con soltura mientras viajes por el país.
Lo primero de todo es saber cuál es la moneda de Marruecos: el dirham. Lo es desde el año 1960 aproximadamente: hasta esa fecha se empleaba el franco marroquí, una ‘herencia’ del periodo de Protectorado Francés, pues fijaba su valor en base al franco francés. Desde 1960 hubo un periodo de convivencia entre ambas monedas, pero el franco marroquí dejó de circular definitivamente en 1974.
El dirham puede aparecer abreviado de dos maneras:
A diferencia de otras monedas, como el dólar ($), la libra esterlina (£) o el euro (€), no se emplea ningún símbolo como abreviatura. En cambio, lo que sí es habitual, especialmente en entornos informales, es la supresión de la abreviatura. Así puede ocurrir en los zocos y en las tiendas de artesanía, lo que supone toda una invitación al regateo, cuestión de la que hablamos más abajo.
En Marruecos, el dinero en efectivo tiene máxima vigencia. Aunque está aumentando el porcentaje de pagos electrónicos (como te contamos en otra sección de esta página), las pequeñas operaciones diarias siguen siendo mayoritariamente en mano, con monedas y billetes como medio de pago. Por ello, saber la división y el agrupamiento del dirham te resultará útil.
Como curiosidad, cabe decir que las monedas y billetes de dirham marroquí pueden ser, a su vez, originales ‘postales turísticas’ del país, puesto que en ellas aparecen impresos o grabados algunos monumentos y paisajes icónicos de Marruecos: el ksar de Ait Ben Haddou, la kasbah de los Oudayas de Rabat, el Faro del Cabo Espartel, etc. Además de todo ello, también aparece, de manera omnipresente, la imagen del rey actual, así como el escudo de armas del Reino de Marruecos.
Otra cuestión fundamental para tu viaje es la equivalencia del dirham marroquí. Cabe decir que es una divisa bastante estable: aunque ha habido históricas devaluaciones en décadas pasadas, su valor no ha experimentado grandes fluctuaciones durante el siglo XXI. Esto ha sido así por la rígida estrategia de Rabat de vincular su moneda al euro (un 60%) y al dólar (un 40%), permitiendo solo variaciones del 0,3%, ya fuera por encima o por debajo.
Desde 2018 ha habido un cambio de estrategia, con una política más flexible y liberalizadora, permitiendo una horquilla de variabilidad mucho mayor: el 5%, por encima o por debajo.
NOTA IMPORTANTE: la equivalencia del dirham marroquí es un dato que fluctúa diariamente. Por ello, los valores que mostramos a continuación son orientativos, pues están recopilados en la fecha de redacción de este contenido (febrero de 2023). Por tanto, te recomendamos actualizar esta información antes de tu viaje, para tener el dato más exacto y reciente posible.
Para pagar en efectivo en Marruecos necesitarás hacerte con moneda local. En este sentido, hay varias formas de cambiar tu dinero a dirhams:
En cambio, deberías rechazar toda propuesta de cambio fuera de estos ámbitos, puesto que podría tratarse de un engaño: por ejemplo, por la entrega de billetes falsos, de cantidades erróneas o incluso por el riesgo de que se trate de una tentativa de robo. Además, realizar este tipo de operaciones está prohibido por ley.
Dicho esto, es importante saber que en muchos establecimientos se aceptan también divisas extranjeras. Por cercanía y relación con sus vecinos del norte, la moneda extranjera más aceptada es el euro, pero en determinadas circunstancias también es posible que se acepten dólares o libras esterlinas. En cualquier caso, esto suele ocurrir solo cuando se trata de una operación informal, por ejemplo para comprar artesanía en el zoco.
Una alternativa al cambio de moneda es la de sacar dirhams marroquíes directamente del cajero. En este caso, lo que ocurre es que el propio cajero efectúa el cálculo de la operación, reteniendo su comisión correspondiente antes de entregar los billetes solicitados. No obstante, esta es una opción más cara que las anteriores, puesto que a la comisión por cambio (que ya es alta de por sí), se pueden añadir otros cargos: el de la entidad bancaria del cajero por el uso de dicha instalación y el de tu propio banco por usar la tarjeta bancaria fuera de tu territorio nacional.
En cualquier caso, obtener dinero de esta manera es tan sencillo como introducir tu tarjeta bancaria, teclear tu código secreto y seleccionar la cantidad deseada. Los cajeros automáticos de las oficinas bancarias suelen estar operativos las 24 horas del día. El centro de las ciudades grandes está bien provisto de ellos, así como los lugares estratégicos para los turistas, como aeropuertos, puertos o el entorno de museos.
Sin embargo, en localidades pequeñas de áreas despobladas puede haber escasez de cajeros o falta de disponibilidad de billetes. Si a ello le sumamos que en las tiendas más humildes de estas localidades no siempre se admiten pagos electrónicos (o al menos no por debajo de una cierta cantidad), se hace recomendable llevar siempre algo de efectivo encima, por lo que pueda pasar.
Cada vez son más los establecimientos que admiten pagos electrónicos. Por supuesto, la tarjeta bancaria se puede utilizar en restaurantes, hoteles, supermercados y negocios con un cierto volumen de actividad. En cambio, en tiendas pequeñas del mundo rural o incluso en algunos puestos de artesanía de la medina, este sistema de pago puede no estar disponible.
Más lento es el avance de otras formas de pago electrónico, tales como el pago por smartwatch o móvil (NFC). Las tiendas de grandes firmas y los establecimientos de un cierto nivel acostumbrados al trato con turistas premium sí pueden contar con este sistema, pero no ocurre lo mismo en el comercio tradicional.
No cabe duda de que uno de los atractivos de viajar a Marruecos es que, comparativamente, el coste de la vida es más bajo en este país que en otros destinos volcados en el turismo. En concreto, resulta mucho más barato moverse por Marruecos que por los países del Mediterráneo europeo.
Cierto es que los negocios orientados al cliente extranjero pueden tener unos precios más elevados que la media, y que en Marruecos el sector del lujo es una realidad que goza de buena salud. Pero en todos los casos, sus servicios resultan mucho más asequibles para el viajero premium o incluso para el turista de clase media.
Para hacerte una idea de ello, mostramos a continuación una lista orientativa de precios en el conjunto del país, con su equivalencia en dólares y libras esterlinas para comprender mejor un análisis comparativo con Estados Unidos y Reino Unido (datos extraídos en febrero de 2023 del portal de referencia Numbeo):
Un menú para dos personas en un restaurante de nivel medio, con varios platos: 200 DH ($19.47, £16.17)
El concepto de propina, en Marruecos, difiere del que existe en el mundo mediterráneo, pero tampoco es exactamente igual que el instalado en muchos países del mundo anglosajón. En países como España o Italia la propina no es obligatoria y solo se da en contextos de la hostelería cuando se estima que el servicio o el género ha sido de calidad, sin existir un porcentaje estándar. En países como Estados Unidos, esta propina se considera prácticamente obligatoria en el sector de la hostelería, aportando en cada caso entre un 10% y un 15% del importe del ticket.
Sin embargo, en Marruecos la propina es un concepto generalizado a muchos más sectores y profesionales, representando para ellos un complemento fundamental a su sueldo. En este sentido, no solo se te requerirá propina en los restaurantes, sino también en otros servicios en los que ha habido un trato personal con el trabajador. Por ejemplo, guías turísticos o chóferes.
Aunque tiene un carácter prácticamente obligatorio, la cantidad a entregar no es fija, sino que queda a criterio del cliente. No obstante, lo habitual es dejar entre el % y el % del ticket a pagar, o bien una cantidad que ronde los DH para un servicio de guía o chófer.
Para un viajero extranjero, uno de los aspectos que más llama la atención en el día a día de Marruecos es la costumbre de regatear un precio de venta. Lejos de considerarse una ofensa, negociar a la baja un producto se considera algo habitual e inherente a cualquier compra. Sin embargo, no todo vale para alcanzar un acuerdo final y en esa negociación hay que tener mucha mano izquierda, no solo para conseguir un precio mejor, sino también para no parecer irrespetuoso ni maleducado.
Por supuesto, el regateo no se puede llevar a cabo en todos los contextos. Con carácter general, no se plantea el regateo en establecimientos y negocios en los que la persona que atiende al cliente no tiene potestad sobre la fijación de precios. Por ejemplo, un supermercado, donde el cajero o la cajera no puede determinar el coste de cada producto, sino que ya viene fijado desde instancias superiores.
En cambio, si crees que la persona que vende el producto sí tiene esa potestad, entonces sí se puede plantear un regateo. Esto ocurre, en su gran mayoría, en los puestos de mercados callejeros o en locales de artesanía de la medina, donde a veces los vendedores son los propios responsables de los artículos, o bien han recibido indicaciones sobre el margen de rebaja en la venta.
Si quieres conocer algunas recomendaciones y buenas prácticas a la hora de regatear, visita esta otra página sobre consejos útiles, donde le dedicamos un apartado al tema. Y si tienes alguna duda específica durante tu viaje, no dudes en consultar al personal de nuestra agencia, que te acompañará y sabrá darte información sobre sucursales bancarias, oficinas de cambio y otras cuestiones.
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