El Valle del Draa es, como su nombre indica, un gran espacio trazado por el río Draa. Por ello, son muchos los pueblos y rincones de interés que se jalonan a lo largo del recorrido, pero que se pueden concebir como un todo, puesto que lo más habitual es recorrer esta zona en un inolvidable roadtrip por carretera o pistas. A continuación te mostramos todo lo que debes saber si tú también quieres descubrir esta región tan pura y genuina de Marruecos, de la mano de Chic Morocco.
El Valle del Draa forma parte de lo que a menudo se conoce como ‘área presahariana’, es decir, un vasto territorio que se extiende al sur del Atlas y que anticipa el desierto del Sahara más puro, ubicado todavía más al sur. Administrativamente ocupa la región de Draa-Tafilalet. También se encuadra en la llamada ‘Ruta de las Mil’ Kasbahs, que engloba a su vez el Valle del Dades y el Valle de las Rosas, entre otros.
El Valle del Draa tiene como eje vertebrador el río Draa, que es estacional: durante la mayor parte del año su cauce no lleva agua, pero al menos hace posible la aparición de oasis y ha favorecido la existencia de algunas poblaciones. En cualquier caso, estamos hablando de pequeños pueblos, afectados por la despoblación en las últimas décadas, aunque el turismo está ayudando a revertir en cierta medida esa tendencia.
El nacimiento del río Draa está en los alrededores de Ouarzazate, en el lago donde confluyen los ríos Dades e Imini. Su desembocadura, en el océano Atlántico, se ubica unos kilómetros al norte de Tan Tan. El Valle del Draa tiene una configuración noroeste-sureste al inicio, para cambiar a noreste-suroeste más adelante, sirviendo de referencia en buena medida para trazar la frontera entre Marruecos y Argelia.
No obstante, al hablar de Valle del Draa solo nos referimos a ese primer tramo NO-SE, y más concretamente a los primeros 100 km de recorrido, por donde discurre la carretera N9. El tramo más característico es quizás el que surge a partir de la localidad de Agdz, donde el río Draa se hace verdaderamente visible.
El paisaje que aquí verás está marcado por la extrema aridez, con montañas y colinas escarpadas, sin vegetación. En las llanuras, el terreno es el propio de la hammada (desierto pedregoso). Pero lo que más llama la atención son las importantes manchas verdes de sus oasis, principalmente palmerales (palmeras datileras), que están omnipresentes sobre todo a partir de Agdz y proporcionan una agradable sombra cuando más se necesita. También hay campos sembrados (cereales, legumbres, alheña), árboles frutales y otras plantas autóctonas o cultivadas por el hombre.
Las poblaciones del Valle del Draa son, en su inmensa mayoría, pequeñas poblaciones entre las que hay una red de comunicaciones muy escasa. Una excepción es la de Ouarzazate, extremo norte del valle, que puede servir de puerta de entrada para quienes quieran viajar directamente hasta aquí desde lugares alejados, pues cuenta con un aeropuerto que recibe algunos vuelos internacionales procedentes de Europa y algunas conexiones nacionales (Casablanca).
En el extremo sur del valle está Zagora, una ciudad de más de 50.000 habitantes que también tiene su propio aeropuerto. En este caso, su tráfico de aviones y pasajeros es algo más limitado y, aunque puede acoger líneas regulares, su uso más habitual es el de vuelos privados y chárter.
Más allá de ello, la única solución de desplazamiento es la carretera, pues no hay más aeropuertos comerciales en el Valle del Draa y la zona carece de líneas ferroviarias. Además, las líneas de autobús son también muy limitadas (prácticamente solo una que conecta Marrakech y Ouarzazate directamente, y otras que llevan desde Ouarzazate a otras localidades como Mhamid o Zagora), de modo que el vehículo privado se impone como la mejor solución. Pero una solución que, además de medio de acceso al valle, será un elemento fundamental para moverse por sus distintos puntos de interés.
Esta es una lista de distancias que separan Ouarzazate de otras ciudades de Marruecos, incluida Zagora, que podemos considerar el otro extremo del Valle del Draa:
Estas son las distancias que separan Zagora, en el extremo sur, de esas mismas ciudades:
Y recogemos también las distancias con respecto a Foum Zguid, una localidad que a menudo forma parte de nuestros circuitos y desde donde la travesía por carretera se convierte en una ruta en 4×4 por el desierto:
La humilde vida de sus gentes y el lento ritmo al que parecen discurrir sus días han sido una constante durante la historia del Valle del Draa, que no siempre es fácil de trazar debido a la escasez de fuentes documentales. Pero ya debió de tener cierto interés para los autores antiguos esta región, pues hasta el río Draa viajó el historiador griego Polibio, quien habló de la abundante presencia de cocodrilos, cuando la lámina de agua era permanente aquí.
Pero como decíamos, el Valle del Draa se suele encuadrar en la llamada ‘Ruta de las Mil Kasbahs’, y eso nos da pistas de su historia: este fue uno de los caminos más habituales para quienes realizaban la ruta caravanera entre Marrakech y Tombuctú, una de las más importantes entre ambas ‘orillas’ del Sahara, siglos atrás.
Por ello, surgieron pequeños asentamientos para la población estable, pero también para dar cobijo y servicio a los mercaderes que por aquí pasaban. Y el carácter fortificado de algunas de sus construcciones nos indican que también fue zona de disputas a nivel local y en los distintos momentos de la historia marroquí: almorávides, almohades, meriníes o saadíes se expandieron también por aquí para controlar el territorio, no sin conflictos para conseguirlo.
De todas ellas, quizás la más importante fue la saadí, cuyo lugar de procedencia era precisamente el Valle del Draa (Tafilalet). Esta dinastía gozó de gran riqueza en el siglo XVI gracias a los ingresos que obtuvo por el comercio del oro, y con ello consiguió financiar su proyecto político, con el que acabó plantando cara a los conquistadores portugueses y dominando buena parte del Marruecos actual, con capital en Marrakech.
En cualquier caso, los muros de la mayoría de kasbahs que siguen en pie en la actualidad, no tienen tanta antigüedad, aunque los modos constructivos son los mismos: ladrillos de adobe, torres almenadas cuadradas, elementos decorativos hechos también en adobe en forma de mallas, arcos, etc., creando un juego de luces y sombras de lo más interesante.
También se mantienen casi intactas numerosas tradiciones, de raigambre claramente bereber, aunque con influencias árabes y, sobre todo, haratin, es decir, una etnia descendiente de los esclavos traídos del Sudán, Etiopía y otras regiones subsaharianas y que, por tanto, tienen una tez más oscura, así como un folklore musical con marcada base de percusión.
El Valle del Draa no es un destino trillado por las grandes masas de turistas. En cierta medida, sigue siendo bastante desconocido. Pero motivos para visitarlo no te faltarán, al menos si te seducen algunas de las siguientes razones:
Cuando el transporte es un atractivo en sí: para cubrir tantos kilómetros de distancia, es necesario moverse por carretera en coche. Y en este caso, no es un problema, sino un aliciente. Recorrer el Valle del Draa supone un roadtrip donde los paisajes se agolpan al otro lado de la ventanilla y en el que podremos detenernos para tomar fotografías de los lugares más instagrameables
Siendo tan largo y extenso, las paradas que puedes hacer durante el viaje al Valle del Draa son numerosas. Estas son algunas de las que consideramos más importantes e interesantes, que quedarán siempre muy cerca de la carretera:
Aunque el Valle del Draa sea una región donde predomina la humildad y la vida sencilla, el viajero que busca confort y servicios de alta calidad también puede elegirlo como destino para su viaje. Estas son algunas de las ideas favoritas para turistas de este perfil y que están teniendo mucho éxito:
Dar Ahlam: Este es quizás uno de los alojamientos más prestigiosos en la región. Está ubicado en una kasbah tradicional renovada y ofrece una experiencia exclusiva con todas las comodidades modernas mientras mantiene una auténtica sensación marroquí.
Riad Lamane: Ubicado en Zagora, es un oasis de tranquilidad con jardines, piscinas y habitaciones bien equipadas.
Le Temps de Pause: Este hotel combina el encanto tradicional con comodidades modernas y está situado en un entorno natural impresionante.
Kasbah Azul: Un encantador hotel que combina tradición y confort, con una hermosa piscina y jardines.
No obstante, el Valle del Draa es un lugar tan alejado de los grandes núcleos y tan singular en su día a día que te recomendamos ponerte en manos de una agencia experta en la zona. Y Chic Morocco lo es, de modo que podemos organizar tu viaje con servicios a medida y experiencias personalizadas, siempre de la más alta calidad.
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