Asilah, también llamada a menudo Arcila, es uno de los destinos turísticos más bonitos de todo el norte de Marruecos, y ofrece algunos atractivos que difícilmente encontrarás en otros rincones del país. O, al menos, con el mismo nivel de calidad y originalidad. En esta página te damos información de interés para que tomes nota de todas las cosas que te esperan en esta apacible localidad de la costa Atlántica.
Asilah es una pequeña ciudad que no llega a los 50.000 habitantes y forma parte de la región Tánger-Tetuán-Alhucemas. Se ubica en la zona norte del país y está bañada por el océano Atlántico, un elemento clave en la configuración de su urbanismo y su cultura.
Su clima es similar al de otras ciudades del entorno: ambiente cálido durante buena parte del año, refrescado por las corrientes atlánticas frías y la brisa marina que llevan aparejadas. Eso es un factor a tener en cuenta para quienes viajen hasta Asilah con la idea de darse un baño, pues puede resultar algo incómodo para quienes no estén acostumbrados, pero sin embargo será toda una bendición para los amantes del kitesurf y los deportes acuáticos que necesitan viendo para su práctica.
Esta es la relación de distancias que separan Asilah de otros destinos turísticos del norte de Marruecos y del resto del país:
Por lo que respecta al transporte, para llegar hasta Asilah tendrás que hacerlo por carretera, principalmente en vehículo privado: son pocas las líneas de autobús que operan aquí y no existe estación de tren, puesto que la línea de ferrocarril que conecta Tánger con Kenitra discurre unos kilómetros al interior. La ciudad está bien conectada con el resto del norte de Marruecos a través de la autopista A5.
Por otro lado, el aeropuerto más cercano a Asilah es el de Tánger (Tánger-Ibn Battuta), que se ubica a unos 40 km de Asilah, de modo que puede ser una magnífica opción para quienes desean viajar directamente hasta este destino turístico.
Dada su relativa cercanía al continente europeo y a su posición estratégica en la zona norte de la costa Atlántica, la historia de Asilah es muy rica y variada, pues fue objeto de deseo por parte de diferentes potencias a lo largo de los siglos.
Los que primero se establecieron aquí fueron probablemente los fenicios, que fundaron un asentamiento comercial de nombre Zilil. Tomaron el relevo sus herederos los cartagineses y, sobre todo, los romanos en tiempos del emperador Augusto, dentro de una red de localidades costeras y comerciales de la provincia de Mauritania Tingitana, entre las que también estaban Lixus (Larache), Tingis (Tánger) e incluso Sala (Rabat).
Tras la conquista árabe en el 712 se abre un periodo nuevo, de dominación musulmana, pero no exento de conflictos y disputas. En ese siglo y en el siguiente, Asilah fue una pequeña localidad reconstruida por la dinastía idrisí, hostigada a veces por los invasores normandos. A mediados del siglo X fue conquistada y reconstruida por el califato omeya andalusí de Al-Hakam II, aunque tras la caída de esa entidad política con capital en Córdoba (a partir del siglo XI) quedó en manos de los sucesivos imperios almorávide, almohade y meriní.
A mediados del siglo XV llegaron las conquistas de los europeos, que hasta entonces se habían limitado a mantener contactos comerciales (Génova, Pisa, Venecia, Marsella, Barcelona). En 1471, los portugueses la tomaron y la fortificaron con la muralla que se puede admirar todavía hoy, alrededor de la medina. Su importancia estratégica militar se comprende al conocer que en 1578 desembarcó aquí el rey Sebastián I acompañado de cerca de 15.000 soldados, rumbo a la que a la postre sería su muerte: la batalla de los Tres Reyes, en Alcazarquivir, en su intento por conquistar el norte de Marruecos.
Tras una brevísima dominación española a raíz de la integración de Portugal en España en 1580, fue conquistada por los saadíes a finales de ese siglo. Y tras otra breve recuperación por parte de los españoles en la centuria siguiente, fue tomada de nuevo (y ya definitivamente) por el sultán alauita Moulay Ismail en 1691. En este periodo se inició una importante reconstrucción del caserío de la medina, y eso es lo que en buena medida ha llegado hasta la actualidad.
Desde entonces sirvió de refugio para piratas, motivo por el cual fue bombardeada por los austríacos en el siglo XIX. Lo mismo hizo la Armada española en el marco de la Guerra de Marruecos en 1860. A comienzos del siglo XX, fue famoso el régimen de terror que dispensó durante unos años el autoproclamado pachá El Raisuni, pero en 1912 Asilah se integró en el Protectorado Español de Marruecos.
Por ello, la influencia española se puede apreciar en algunos aspectos de la vida cotidiana de Asilah, como por ejemplo en la gastronomía. Tras la independencia del país en 1956, Asilah no experimentó un crecimiento tan desaforado como otras ciudades marroquíes, y concibió el turismo y la cultura como pilares de su actividad, especialmente desde los años 70, cuando comenzó a ser visitado o habitado por artistas extranjeros y otros ciudadanos occidentales. Fruto de ello es el gran festival que se celebra en verano cada año.
Basta con ver algunas fotos de Asilah para darse cuenta de que merece la pena integrar este destino en tu circuito por Marruecos. Y si tomas nota de estas otras razones, no tendrás ninguna duda de que, viajando hasta aquí, estarás tomando una decisión acertada:
Al tratarse de una ciudad pequeña, los puntos de interés están muy cerca unos de otros, por lo que podrás moverte por ellos a pie, en un agradable paseo por la medina:
Fuera de la medina y de su recinto fortificado también es posible encontrar otros puntos de interés para el viajero, ya sea en la ciudad nueva desarrollada en tiempos del Protectorado Español o en los alrededores de Asilah:
Asilah, con su aura bohemia y artística, es una joya escondida a lo largo de la costa marroquí. Aunque pequeña, esta población deslumbra con su encanto sin pretensiones, lo que no significa que carezca de opciones de calidad. En realidad, aquí es donde lo tradicional se mezcla con el confort, y donde el espíritu artístico de la ciudad se refleja en sus alojamientos.
Si buscas una experiencia genuina y a la vez confortable en Asilah, te recomendamos estos riads:
Riad Asilah: Proximidad al mar, encanto marroquí y modernidad se funden en este acogedor riad.
Hotel Al Alba: Un hotel que resalta por su combinación de arquitectura tradicional y contemporánea, garantizando una estadía relajada.
Dar Manara: En el corazón de la medina, ofrece una experiencia auténtica con habitaciones que evocan la tradición marroquí sin renunciar a la comodidad.
Sin embargo, si lo que buscas es el lujo en su máxima expresión, la vecina Tánger te espera con una gama de hoteles premium y sofisticados. Aún así, si prefieres delegar la tarea de organizar tu viaje y buscas una experiencia personalizada en Asilah, Chic Morocco está a tu servicio. Especialistas en crear viajes a medida, te garantizamos una experiencia única en esta pintoresca ciudad y más allá.
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