No solo de monumentos históricos y resorts vacacionales vive el turista. Y el mejor ejemplo de ello es Casablanca, una ciudad que quizás no destaca por ninguna de esas dos cosas pero que tiene mucho que ofrecer a sus visitantes. En esta página te lo contamos, además de mostrarte información práctica para que tomes buena nota si vas a empezar o finalizar tu circuito por Marruecos en esta gran ciudad.
Casablanca se encuentra en plena costa Atlántica, en el centro del país, es decir, a medio camino entre Tánger y Agadir. Es la capital de la región Casablanca-Settat. Pero si por algo es famosa Casablanca es por su gran población: es la más grande de Marruecos en lo que a número de habitantes se refiere, con más de 4,3 millones, una cifra que supera los 8 millones si contamos también su área metropolitana (la Gran Casablanca), de la que también forman parte otras localidades como Mohammedia y Nouasseur.
Su clima mezcla la calidez propia de su latitud y la influencia atlántica, no solo por sus corrientes marítimas frías sino también por su brisa fresca, que tiende a templar el ambiente en la temporada de verano.
Si tienes pensado integrar Casablanca en un circuito más amplio por el país, te vendrá bien conocer esta lista de distancias que separan a la ciudad de otros destinos marroquíes:
Como es de suponer por el gran tamaño de su población, es también una de las ciudades mejor conectadas de Marruecos, no solo con otras ciudades nacionales sino también con otros destinos internacionales. Esto es así porque cuenta con el aeropuerto más grande del país: el aeropuerto de Casablanca Mohammed V, situado a unos 30 km de la ciudad. Por aquí pasan al año más de 10 millones de pasajeros, muchos de los cuales son turistas que eligen esta ruta para acceder al país o para salir de él.
Casablanca también ha apostado fuerte en los últimos años por los cruceros: se ha construido una nueva y enorme terminal en su puerto para este tipo de naves, con la aspiración de atraer hasta aquí a los grandes circuitos por el Atlántico. No obstante, el crucero cerrado y las travesías privadas son prácticamente las únicas formas de acceder a Casablanca por mar, puesto que carece de líneas regulares de ferry.
Por otro lado, es quizás la ciudad marroquí con mayor variedad de líneas ferroviarias, que la conectan con prácticamente todos los rincones del país. Especial mención merece la reciente línea de alta velocidad Al Boraq, el tren bala marroquí que une Casablanca con Tánger, recorriendo todo el litoral atlántico y deteniéndose en Rabat y Kenitra.
Y quienes prefieren moverse por carretera por Marruecos, descubrirán que son muchas las líneas de autobús que llegan hasta aquí, y varias las autovías que sirven de vía de entrada: la A1 desde Safi y El Jadida, la A3 desde Marrakech, la A8 desde Beni Mellal y la A5 desde Rabat y Kenitra. Por ello, quienes recurran al transporte privado tendrán muchas opciones en su mano para configurar un circuito en coche por la zona.
En Casablanca se ha documentado la existencia del ser humano más antiguo de Marruecos: en una cueva cercana se encontraron los restos de un hombre que vivió hace unos 300.000 años. Los fenicios, en el siglo VI a.C, ya poblaron la zona que hoy ocupa el barrio residencial de Anfa, pero el verdadero núcleo originario de lo que hoy conocemos se remonta al periodo que siguió a la conquista árabe, cuando se convirtió en capital del reino bereber de los berguata.
En el siglo XII fue conquistado por los almohades, en su fulgurante avance que les llevó a dominar todo el país y el sur de la Península Ibérica. Durante el siglo XV fue nido de piratas, lo que propició represalias por parte de los portugueses y una posterior ocupación, convirtiéndola en enclave para defender sus posesiones en la costa, en especial la cercana Mazagán (El Jadida). Es en esta época cuando fue nombrada Casa Branca, en portugués.
El terremoto de 1755 dejó prácticamente en ruinas Casa Branca, pero el sultán alauita Sidi Mohammed ben Abdallah se hizo con el enclave dos décadas después y trató de relanzarlo (con el nombre traducido al árabe de Dar el-Beida, por cierto) con muchos de los monumentos históricos existentes en la actualidad. En este nuevo periodo, quienes más influencia ejercieron fueron los mercaderes españoles, quienes le dieron el nombre definitivo de Casablanca, en castellano, que también se utiliza en el ámbito internacional… aunque los locales prefieren referirse a su ciudad como simplemente Casa.
La difusión de la navegación a vapor ‘acercó’ este puerto a otros del mundo occidental, de modo que la ciudad creció con él, haciendo una fuerte competencia al puerto de Tánger. Y el periodo del Protectorado Francés, desde 1912, también fue una época de progreso, expansión y embellecimiento de la ciudad, aprovechando que el nuevo centro de poder se situaba ‘solo’ a 90 km al norte, en Rabat.
Tras la independencia de Marruecos en 1956, Casablanca continuó su crecimiento exponencial, en algunos barrios bajo criterios urbanísticos racionales, pero en otros casos con suburbios que acogieron a una gran inmigración interior en condiciones de salubridad muy mejorables. Aún hoy se pueden ver estos contrastes en algunas zonas, aunque la pujanza de la ciudad por la instalación de multinacionales, bancos y grandes empresas garantiza a sus ciudadanos un nivel de vida superior a la media del país.
Muchos son los circuitos que apenas se detienen unas horas en Casablanca. Pero quienes dispongan de más tiempo, pueden descubrir la ciudad desde otros puntos de vista. A continuación enumeramos algunos motivos que hacen especialmente interesante a esta ciudad:
Dado que Casablanca ha sido un pequeño asentamiento durante prácticamente toda su historia, el casco histórico de la ciudad tiene menor peso en su conjunto que el de las medinas viejas en otros destinos. Por ello, encontrarás los lugares de interés distribuidos por distintas zonas, lo que da cuenta de los evidentes contrastes que se dan en la ciudad, no solo a nivel arquitectónico sino también social y económico.
Casablanca es una ciudad cargada de servicios y propuestas para el viajero premium. Si bien Rabat se considera el centro político por ser la capital, Casablanca es el centro financiero y comercial del país, por lo que ha desarrollado también un importante sector del lujo y el ocio exclusivo. Estas son algunas ideas que te pueden servir de inspiración para tu viaje:
Casablanca, la ciudad más grande de Marruecos, es conocida por su mezcla de modernidad y tradición. A continuación, te proporciono una lista de opciones de lujo en la ciudad:
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