Aunque su tamaño no es comparable al de otras grandes ciudades (40.000 habitantes, aprox.), hay mucho que ver Chaouen. Esta localidad situada en las montañas del Rif también es conocida como Chefchaouen y representa uno de los mejores destinos turísticos del norte de Marruecos. Su área histórica sigue teniendo el encanto del pueblecito que antaño fue, lo que enamora a todos sus visitantes. Resulta difícil de olvidar para sus visitantes, sobre todo por el color que invade sus casas encaladas: el azul en diferentes tonalidades, principalmente celeste, que le da un aire realmente pintoresco.
Pero a los turistas del segmento premium les puede asaltar una duda: ¿se pueden organizar verdaderos viajes de lujo a Chaouen? La respuesta es sí: las propuestas de máxima categoría siguen avanzando y es posible disfrutar de este destino con los máximos estándares de confort. En esta página te contamos qué hacer en Chaouen y si hay alojamientos de lujo, además de darte otras informaciones útiles: cuándo viajar a Chaouen según su clima, cómo viajar a ella, cuáles son sus mejores monumentos, etc.
Chaouen se encuentra en el norte de Marruecos, en el corazón del Rif, la sierra montañosa que discurre más o menos paralela a la costa mediterránea marroquí. Por ello, aunque está relativamente cerca del mar (a unos 45 km en línea recta), se encuentra a su vez a una altitud considerable: unos 600 msnm. Forma parte de la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas, y es capital de su propia provincia.
Esta es una lista de distancias que la separan de las ciudades más importantes, por si te estás planteando realizar un viaje de lujo a Chaouen junto con otros destinos importantes dentro de un mismo circuito:
La ubicación de Chaouen es muy peculiar, y está en el origen de su nombre: se encuentra a los pies de dos montañas (el Tisouka, de 2050 msmn, y el Megou, de 1616 msnm), que desde los alrededores tienen apariencia de cuernos. Por ello probablemente se empleó el nombre de Chefchaouen para referirse a esta ciudad, pues en bereber significa algo así como «mira los cuernos».
Esta peculiar ubicación influye en el clima local y, por tanto, en la decisión de cuándo viajar a Chaouen. Veamos primero cuáles son las características climáticas principales para después fundamentar la decisión.
Como decíamos, la altitud de Chaouen es considerable: unos 600 metros sobre el nivel del mar. Eso, unido a su entorno montañoso en el Rif, le confiere unas temperaturas más frescas que las de otros destinos turísticos marroquíes. En primavera y otoño, las mínimas puden rondar los 10ºC, con máximas templadas y agradables de unos 20ºC. En verano, hace calor pero las temperaturas no son asfixiantes: 30ºC de máxima media y 20ºC de mínima media.
Eso sí: el invierno sí resulta notablemente frío: sin llegar a sufrir temperaturas gélidas, las mínimas invernales pueden acercarse a los 0ºC o incluso caer por debajo de ese umbral, mientras que las máximas se quedan en 10ºC-15ºC.
La temporada de precipitaciones se concentra de octubre a abril, momento en el que el 30% de los días se consideran lluviosos. La nieve es un fenómeno raro, aunque alguna vez puede ocurrir. Lo que no es tan infrecuente es la niebla, salvo en la época más cálida: esta niebla puede cubrir las cumbres de las montañas que rodean Chaouen, pero en ocasiones desciende a la cota de la población, limitando la visibilidad desde los miradores panorámicos pero dando un misterioso aspecto fantasmagórico al caserío.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, cabe preguntarse cuándo viajar a Chaouen. Y lo cierto es que cualquier época del año es válida y tiene sus ventajas. Para muchos, el periodo ideal es el primaveral: el entorno rifeño está teñido de verde o incluso de otros colores gracias a la floración de sus plantas, y las temperaturas son muy agradables. Además, las innumerables macetas que pueblan las ventanas y patios de la medina se llenan también de coloridas flores, y esa es sin duda una de las mejores estampas que ver en Chaouen. En esa época, sigue existiendo el ‘riesgo’ de encontrar algún día lluvioso, pero no suelen ser lluvias excesivamente copiosas.
El otoño es también una buena estación para organizar un viaje de lujo a Chaouen, pues las temperaturas son también muy propicias para visitar lugares de interés y hacer excursiones. Cabe decir que el arbolado del Rif es principalmente de hoja perenne, por lo que no se da con tanto vigor el clásico colorido otoñal, pero en algunos puntos sí pueden darse esos diferentes matices según el colorido de la hoja madura y las acículas de las coníferas, que aquí son principalmente pinsapos y cedros del Atlas.
En el verano, el calor puede ser notable, pero no prohibitivo: eso convierte a Chaouen en un destino marroquí bastante popular, pues al ser una época de vacaciones, se hace muy atractivo pasar aquí unos días o visitarlo desde otros destinos costeros del Mediterráneo, especialmente Tetuán. Eso sí: en esta época conviene redoblar la protección contra el sol: aunque las temperaturas no sean tan altas como en otras regiones del país, la altitud de la ciudad y de sus alrededores hacen que la radiación solar sea también mayor. Por tanto, la crema, las gafas de sol y las gorras o sombreros se harán más necesarios que nunca.
En el extremo opuesto, el invierno es la época en la que el turismo se ralentiza, pero eso puede ser un buen aliciente para muchos. La lluvia y la niebla pueden hacer acto de presencia, y el frío puede ser intenso por la mañana y por la noche, por lo que el abrigo y quizás el paraguas se convertirán en aliados necesarios.
La peculiar orografía y ubicación de Chaouen aporta magníficas panorámicas y estampas que ver en Chaouen, y ha contribuido a conservar casi intacta su medina, pero también tiene una desventaja: las conexiones de transporte son limitadas, en comparación con otros destinos del país.
Por ejemplo, carece de un aeropuerto propio: el más cercano está a casi 70 km y es el de Tetuán Sania-Ramel. No obstante, la cual es una distancia no demasiado grande, por lo que puede servir de puerta de entrada directa desde los destinos internacionales con rutas aéreas hasta aquí, como los españoles (Alicante, Barcelona, Madrid, Málaga), los franceses (París, Marsella), Bruselas o Ámsterdam, aunque algunos de estos vuelos son sólo estacionales.
El otro aeropuerto de referencia para Chaouen es el de Tánger-Ibn Batuta, a unos 120 km. El trayecto desde aquí es más largo, lógicamente, superando las dos horas por carretera, pero a cambio la lista de aeropuertos internacionales conectados es mayor, principalmente aeropuertos europeos (España, Italia, Francia, Países Bajos, Bélgica, Reino Unido, Portugal, Dinamarca e incluso Turquía), facilitando así los viajes de lujo a Chaouen, con el apoyo de un vehículo premium con chófer para este transfer.
Por otro lado, el ferrocarril tampoco está instaurado en la ciudad, debido a la compleja orografía del lugar: ni alta velocidad, ni trenes nocturnos ni trenes convencionales. No obstante, debido al aumento del turismo en Chaouen, se ha planificado crear una línea de ferrocarril convencional que la conecte con Tánger, con parada intermedia en Tetuán. En cualquier caso, en la fecha de redacción de este contenido (junio de 2025), era solamente un proyecto de futuro.
En cambio, sí tiene una estación de autobuses que conecta la ciudad con otras del norte de Marruecos e incluso con otros destinos importantes y más alejados, como Rabat o Casablanca. En cualquier caso, pese a que las compañías han ido mejorando y actualizando su flota de vehículos, no se puede considerar una opción válida para viajes de lujo a Chaouen.
Así que, como todas las formas de llegar a la ciudad pasan por la opción de la carretera, los paquetes de viaje premium necesitan un vehículo premium con chófer, como los de Chic Morocco, para proceder con los traslados hacia/desde el aeropuerto, para los desplazamientos a/desde otras ciudades o para las excursiones por el entorno, como las que describimos más abajo en la sección “Qué hacer en Chaouen”.
A diferencia de otros destinos turísticos de Marruecos, que hunden sus raíces en la Prehistoria o en la Antigüedad, la historia de Chaouen tiene ‘solo’ seis siglos. Sin embargo, ese periodo es muy interesante e importante para entender este lugar tan singular del norte del país.
La tradición popular atribuye la fundación de Chaouen a un gran gesto de amor: la leyenda habla del sultán Moulay Ali Ben Rachid, enamorado de Zhora, una muchacha de Vejer de la Frontera (Cádiz, España) que había sido expulsada junto a más musulmanes del sur de aquel en el siglo XV. Para darle felicidad, le prometió levantar un pueblo que le recordara al suyo, para lo cual mandó construir Chaouen.
La realidad, en cambio, parece más dura y pragmática: Chaouen se fundó en 1471 como plaza desde la que hostigar Ceuta y Alcazarquivir, dominados entonces por los portugueses. Cierto es que la población de esta pequeña villa creció enormemente tras la expulsión de judíos de España a finales del siglo XV y de los moriscos a comienzos del siglo XVII, razón que explica este parecido con tantos pueblos del sur español: encaramada sobre las laderas de una colina, callejuelas llenas de recovecos y cuestas imposibles, casas encaladas…
La existencia de manantiales en su territorio (Ras al-Ma) la convirtieron poco después en una ciudad sagrada para sus habitantes y para otros musulmanes del país, siendo meta final de múltiples peregrinaciones que siguen produciéndose en la actualidad. Eso hizo también que los residentes de Chaouen durante mucho tiempo guardaran con celo su pueblo frente a visitantes extranjeros, lo cual favoreció que se conservara genuinamente, casi sin modificaciones sustanciales en los primeros tiempos del turismo.
No obstante, a raíz de la instauración del Protectorado Español con capital en Tetuán, las tropas españolas ‘abrieron’ Chaouen al exterior, dándola a conocer, aunque no sin antes superar una enconada oposición. No es casualidad, por tanto, que Chaouen jugara un papel destacado en la Guerra del Rif, que llevó a la proclamación de una efímera República del Rif en esta zona. Y de esta época datan algunas de las cosas que ver en Chaouen, como mostramos más abajo.
En cualquier caso, tras la independencia de Marruecos en 1956, Chaouen se fue abriendo poco a poco al turismo extranjero, al igual que la mayoría de destinos monumentales del país, sabedor de que está industria puede reportar grandes beneficios para la economía, el patrimonio y las tradiciones locales.
Un viaje de lujo a Chaouen puede concebirse por separado o integrado en una ruta más amplia por Marruecos. Tanto una opción como otra es válida para quienes se animan a descubrir el norte del país, y razones no les faltan. Estas son algunas que te pueden convencer de ello:
Los lugares de interés que tienes que ver en Chaouen se pueden ordenar según dos grandes zonas: dentro de la medina, donde se concentran buena parte de ellos, y fuera de la medina. Además, dedicamos otro apartado a las excursiones que hacer en Chaouen y sus alrededores, pues buena parte de sus atractivos están en las montañas y áreas naturales circundantes.
La medina, que se extiende por la ladera de la colina donde se asienta, alberga buena parte de los lugares de interés que tienes que ver en Chaouen. Su ubicación, además, propicia uno de los elementos de mayor encanto: su disposición irregular, con calles empinadas, vericuetos imposibles, escaleras para salvar el desnivel y rincones de este tipo. Además, en muchos casos surgen miradores casi por sorpresa, con vistas hacia el entorno o hacia la propia medina, pues entre la parte más baja de la medina y la más alta hay un desnivel de cerca de 100 metros.
Además de los siguientes lugares que ver en Chaouen, lo que realmente da belleza a la medina histórica es el color que lo impregna todo: el azul, combinado con el blanco de las paredes encaladas, el tono dorado y rojizo del adobe y el marrón natural de la piedra en determinadas construcciones importantes. Tampoco podemos olvidar los azulejos que recubren muchas paredes, bordillos, escalones y otros espacios, en tonos que están en sintonía con el entorno: blanco, azul y mucho más. A todo ello se suma que los habitantes de la medina son auténticos artistas del color al disponer flores en macetas, ya sea colgando de las paredes, apoyadas en el suelo, en las ventanas y en otros muchos lugares inimaginables. Y por si todo ello fuera poco color y encanto, las propias tiendas de artesanía que muestran su género a sus puertas terminan de proporcionar un ambiente casi mágico, verdaderamente inspirador, demostrando que el arte popular es el más genuino y auténtico.
Si nos centramos en las construcciones históricas y monumentales que ver en Chaouen, la lista nos aporta espacios dignos de conocer y fotografiar. Para los propios habitantes, el edificio de referencia es la Kasbah: se trata de una construcción de origen defensivo, a las puertas de la medina, en su lado sur, en plena Plaza de Uta el-Hammam. Se construyó en el siglo XV, en la época misma de la fundación de la ciudad, que tenía un origen principalmente militar (hostigamiento de las plazas portuguesas del norte de Marruecos). Su arquitectura inexpugnable es evidente y, además de funcionar como castillo, sirvió de prisión ya desde su origen, con celdas destinadas al encarcelamiento de los enemigos capturados. Su perímetro almenado y sus torres de vigilancia se conservan en muy buen estado. No menos interesante es su jardín andalusí, que en su momento fue patio de armas pero que ahora es un lugar perfecto para el descanso y la desconexión.
La kasbah, por cierto, tiene ahora un uso muy diferente: se ha convertido en museo, el más importante de la ciudad, en este caso dedicado a la etnografía local (no sólo de Chaouen sino de todo el Rif). Una parte importante de la colección la componen armas, como dagas, pero también otras posteriores que funcionaban con pólvora, como rifles. No faltan los trabajos de carpintería y ebanistería, en piezas como cofres y artesonados. Y por supuesto, no falta la cerámica, con una personalidad propia y diferenciada a la de otras ciudades como Fez: en este caso, predominan el rojo y el negro en composiciones geométricas.
Otra construcción que tienes que ver en Chaouen es la Gran Mezquita: aunque no es tan monumental y refinada como otras mezquitas del país, su minarete tiene mucha personalidad. Se cree que se pudo inspirar en la Torre del Oro de Sevilla (construcción almohade del siglo XIII) por su similar planta octogonal, en este caso con predominio de colores dorado (del adobe) y marrón-rojizo (de los remates en ladrillo). Es prácticamente contemporánea a la kasbah, con orígenes en el siglo XV.
Como ocurre con el resto de mezquitas de Marruecos, su acceso sólo está permitido a musulmanes. Ese es el caso también de la Mezquita Blanca, llamada así por el color predominante del conjunto. Pese a su reciente construcción (principios de siglo XX), destaca por la elegancia del minarete, decorado con tramos de sebka blanca.
La Plaza el Hauta es uno de los rincones con mayor encanto que ver en el Chaouen antiguo: de pequeñas dimensiones, se trata de una plaza irregular llamada así por la fuente monumental ubicada en ella, que todavía ofrece agua a sus ciudadanos (muchos de ellos se abastecen en ella). Se trata de un pequeño templete con tejado a cuatro aguas. La plaza la conforman diferentes edificios con galería y primer piso de arcadas, donde se ubican diferentes establecimientos para tomar algo, especialmente sus siempre apetecibles zumos de naranja.
La Plaza el Hauta no es la única ubicada en el interior de la medina: en el sector oriental se ubica la Plaza de Makhzen, por la cercanía de la avenida Hassan II, una de las más concurridas y animadas del centro.
Pero si hablamos de plazas, mención especial merece la Plaza de Uta el-Hammam, donde la medina y la ciudad nueva se dan la mano. Además, actúa como punto de partida de muchos recorridos turísticos que hacer en Chaouen. A ella se asoma las mencionadas kasbah y Gran Mezquita, y todo su perímetro está repleto de bares, cafeterías y restaurantes. Pero rivalizando con ellas está un elemento de lo más imponente: su espectacular cedro del Atlas, especie considerada ‘nacional’ por su abundancia y singularidad. Y esta es una buena muestra de los muchos ejemplares que hay en el Rif, alcanzando una altura y esbeltez dignas de fotografiar.
Tampoco podemos olvidarnos de las puertas de acceso a la medina que, como era costumbre, estaba amurallada. En este caso, las puertas se reparten por lugares muy diferentes, en todos los casos, conformadas por un bonito arco. Se pueden mencionar Bab el-Ansar, en la parte norte de la medina y construida en el siglo XVI. Bab el-Mellah también tiene mucho encanto, muy cerca de la kasbah, y era la puerta que daba al barrio judío de la ciudad. Por su parte, Bab el-Mahrouk está ubicado en el sector más elevado de la medina, lo que es sinónimo de vistas panorámicas en su entorno. Y Bab el-Souk da acceso a una de las zonas con mayor concentración de tiendas (zoco).
En cualquier caso, lo que hay que hacer Chaouen es perderse por sus rincones, subir cuestas que llevan a casas humildes pero centenarias, bajar escaleras que desembocan en plazuelas anónimas, doblar esquinas que te presentan ante miradores del Rif, admirar balcones floridos y puertas con grandes arcos de herradura, escaparates de tiendas que llenan de colorido la calle con sus productos artesanales…
Todos los lugares mencionados antes están dentro de la medina o lindando con ella. Pero hay otros muchos lugares que ver en Chaouen y que están fuera de ella: en algunos casos, muy cerca del casco antiguo y en otros casos, en el ‘Chaouen’ nuevo. En el primer caso, merece la pena desplazarse hasta el arroyo Fouara, un pequeño riachuelo que en invierno y primavera trae más agua, momento en el que las lavanderas se acercan con sus cestos de ropa a lavar y a pasar un rato en compañía. La Fuente Ras el-Maa es quizás el lugar más espectacular en este sector, sobre todo por su cascada, todo un espectáculo cuando el agua baja con fuerza.
El puente Sebbanin es también una construcción con mucho encanto sobre este riachuelo, y a todo el barrio circundante se le conoce como el barrio de los lavaderos. En su entorno hay una de las mezquitas más antiguas, del siglo XV.
Además de todos esos lugares de interés situados en la coqueta medina histórica, puedes darte una vuelta por la parte nueva de la ciudad. Principalmente, por dos avenidas que recordarán al viajero el periodo del Protectorado Español de comienzos del siglo XX. La avenida Hassan II recorre todo el flanco sur de la antigua muralla de la mezquita, mientras que la Plaza de Mohammed V brindará un momento de reposo: en el centro de ella se dispone un pequeño parque con vegetación, arquerías y bancos decorados con azulejos, que representa otro de los puntos de encuentro para la población.
Otro de los lugares favoritos de locales y foráneos es la mezquita española: se trata de uno de los lugares que tienes que ver en Chaouen por su historia, por su arquitectura y por su entorno. Se llama así porque la mandaron construir las autoridades del Protectorado Español para congraciarse con la población local, en un momento de alta tensión por la llamada Guerra del Rif. Nunca llegó a utilizarse como tal, quizás porque los propios musulmanes nunca la consideraron algo propio, pero su estilo neoandalusí es claramente deudor del sur de España. Para llegar hasta aquí hay que caminar un buen trecho ascendente desde la medina, cruzando el riachuelo Fouara, o bien tomar un coche hasta su puerta. En ambos casos, contemplar la la ciudad y su verde entorno desde los pies del templo supondrá uno de los momentos cumbre del viaje.
Si tienes la posibilidad de desplazarte fuera de la ciudad (como será el caso, si dispones de nuestro servicio de vehículo con chófer), podrás encontrar en los alrededores lugares de enorme belleza, sobre todo natural. De hecho, Chaouen está considerado uno de los paraísos de los viajeros senderistas, pues hay numerosas rutas a pie por las montañas del Rif.
Muchas de las rutas que hacer en Chaouen y sus alrededores se concentran en el Parque Nacional de Talassemtane, a unos 30 km de la ciudad. El gran tamaño del parque y la variedad de rutas ha propiciado el surgimiento de guías y empresas especializadas, capaces de organizar una ruta de varios días por los lugares más representativos de este espacio protegido.
Una de las rutas más populares entre los viajeros es la de las cascadas de Akchour: se trata de unos saltos de agua que suman varias decenas de metros de caída. El agua, al caer, se embalsa en unas pequeñas pozas, lo que favorece que muchas personas se animen a darse un baño refrescante en época cálida, pese a la fría temperatura del agua.
Otro de los rincones llenos de espectacularidad es el famoso Puente de Dios. Este nombre tan poderoso se debe a la imponente forma de este arco natural, creado por la erosión de la roca y cuya contemplación es toda una inspiración. Su equilibrio es todo un desafío a la naturaleza, y resulta espectacular cuando se observa desde abajo.
Pasear por la medina y hacer una escapada natural por el entorno del Rif son dos de las mejores cosas que hacer en Chaouen. Pero no son las únicas opciones: en las siguientes líneas te contamos otras propuestas y, como verás, todas ellas tienen en común su carácter ‘slow’, pues esta pequeña ciudad con encanto es un magnífico lugar para saborear lentamente y sin prisas.
Una de esas propuestas que hacer en Chaouen es la de recorrer los miradores. Desde ellos, se puede disfrutar del amanecer, del atardecer o simplemente de la belleza del skyline de la ciudad, con su caserío blanco y azul y las montañas del Tisouka y el Megou a ambos lados. Para muchos viajeros, estos miradores son lugares perfectos para leer al aire libre, o incluso dibujar o pintar, pues la panorámica que envuelve la vista sirve de auténtica inspiración. Además del mirador de la mezquita española o el de Bab el Mahrouk, la lista de puntos estratégicos para contemplar el entorno es muy extensa: el de Corniche o el del entorno de la Cueva Archer, varios kilómetros, carretera arriba.
Otro placer al que pocos se pueden resistir es el de un baño relajante. Y en los viajes de lujo a Chaouen, la experiencia no se centra en los hammams públicos sino en los centros balnearios privados, que forman parte de centros de bienestar. En ellos, se sigue el mismo concepto que ha dado fama a los baños árabes (varias piscinas con temperaturas a distintas temperaturas, con un recorrido ordenado para eliminar toxinas y liberar el estrés), pero se añaden además servicios premium como masajes.
Comprar artesanía local también es otro plan que hacer en Chaouen. Y no sólo porque la medina está repleta de tiendas donde se venden todo tipo de productos hechos a mano, sino también porque esos artículos son realmente genuinos y hechos por artesanos del Rif. De esa manera, podrás entrar en contacto con las técnicas y los materiales locales. Por ejemplo, prendas gruesas de lana de oveja, señal de que los inviernos son rigurosos aquí. O el cuero natural para confeccionar bolsos, mochilas, cinturones, babuchas y mucho más. Los artículos hechos en cerámica nunca faltan, al igual que los trabajos de cestería en mimbre y otras fibras naturales.
Aunque esta ciudad rezuma humildad en cada rincón y es visitada por muchos ‘mochileros’ internacionales, los viajes de lujo en Chaouen son también una realidad. De hecho, en los últimos años han surgido profesionales y empresas que mantienen los estándares de calidad en el más alto nivel.
Así puede verse en los centros balnearios para disfrutar de un circuito de hammam. Si bien sigue habiendo baños públicos para la población local, con horarios separados para hombres y mujeres, en el caso de los hammams privados la experiencia va destinada a todo tipo de viajero, sin necesidad de seguir la estricta separación mencionada. Algunos de estos hammams se ubican en hoteles de alta categoría, pues es un servicio ‘plus’ que marca la diferencia. Pero en otros casos son centros balnearios creados al efecto.
Lo mismo ocurre con la gastronomía: si bien muchos locales se muestran populares, humildes y desenfadados en las plazas y callejuelas de la ciudad, hay otros que llaman menos la atención y ofrecen un nivel de excelencia. En Chic Morocco sabremos aconsejarte o reservar las mejores experiencias gastronómicas en la ciudad.
Como decíamos, en un viaje de lujo a Chaouen resulta fundamental el transporte privado: para poder llegar y abandonar la ciudad, y también para los desplazamientos por los alrededores. Y dado que conducir por las carreteras locales no siempre es sencillo para un extranjero que no esté acostumbrado, la mejor solución (y la más segura) es contar con un vehículo premium y un profesional local al volante. Eso es lo que proporciona Chic Morocco en todos los paquetes, con disponibilidad total.
Dentro de este apartado sobre los viajes de lujo a Chaouen, merece una especial atención el alojamiento, pues esto marca en buena medida el nivel de satisfacción con el viaje. Y se puede decir que hay muchos alojamientos con encanto en Chaouen, respondiendo a distintas tipologías.
Por ejemplo, son muchos los riad en la medina: casas antiguas que servían de vivienda a la población local pero que han pasado a ser hoteles boutique de lo más acogedor. No obstante, no todos los riad se pueden considerar de alto nivel, por lo que conviene elegir con acierto. El patio decorado con vegetación, azulejos y fuentes de agua es la clave para proporcionar esta sensación de relajación y bienestar, y la ambientación y confort de las habitaciones también debe estar a la altura.
No obstante, por cuestiones evidentes de espacio, algunos riad pueden carecer de piscina, gimnasio y otras instalaciones premium. Y ese es precisamente el punto fuerte de los hoteles de tipología ‘clásica’, en edificios más espaciosos y en parcelas más amplias para poder integrar estos servicios. Aunque el desembarco de las grandes cadenas es aquí más lento que en otros destinos marroquíes, existen hoteles capaces de satisfacer a los más exigentes. Entre los muchos ejemplos que se pueden mencionar están el Lina Riad & Spa o el Riad Cherifa. Y también otros muchos que, a buen seguro, surgirán en los próximos años.
Otra tipología de alojamiento con encanto en Chaouen es el gite. O mejor dicho, en el entorno natural de Chaouen, pues son el equivalente a las casas rurales o alojamientos de ecoturismo. En este caso, se ubican en el Parque Nacional de Talassemtane y son construcciones amplias ubicadas en plena naturaleza, sirviendo además de ‘campamento base’ para las excursiones por el entorno.
Hasta ahora hemos hecho un repaso a las experiencias y servicios que se pueden incluir en los viajes de lujo a Chaouen. Sin embargo, también se puede mencionar una alternativa a tener en cuenta: Tetuán. Es decir: la cercanía de esta ciudad, a escasos 60 km al norte, permite tenerla en cuenta como ciudad desde la que visitar Chaouen a modo de excursión. Y la ventaja de esta opción es que el nivel y la variedad de los servicios turísticos es aún más sofisticada aquí.
Especialmente en la zona costera: Tamuda Bay. Conocida por muchos como la Costa del Sol de Marruecos, aquí se concentran importantes resorts con grandes instalaciones y la máxima exclusividad, donde sí han desembarcado las grandes cadenas restaurantes de autor, instalaciones para largas estancias vacacionales y otros servicios siempre demandados por los viajeros más premium.
Por ejemplo, el golf: si bien en Chaouen y su entorno inmediato no se puede practicar este deporte por la inexistencia de campos, en Tamuda Bay encontrarás varios recintos, la mayoría de ellos construidos en los últimos años y, por tanto, con instalaciones modernas, greens en perfecto estado y otros servicios asociados.
Por tanto, si deseas organizar un viaje de lujo a Chaouen o si prefieres poner tus ojos en Tetuán (Tamuda Bay) y desde ella hacer excursiones al ‘pueblo azul’ del Rif, puedes ponerte en contacto con nosotros. Nuestra agencia es experta en viajes por todo el país, incluidos Chaouen y Tetuán, así que contamos con los mejores proveedores para que disfrutes de una experiencia sencillamente única. Y además, nuestra forma de trabajar te brindará una experiencia única: diseñaremos tu programa a medida, con agentes y asesores que sabrán integrar tus preferencias y peticiones en el paquete de servicios.
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